"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







sábado, 29 de octubre de 2016

Slavoj Zizek: "El antisemitismo esta vivo y coleando en Europa"


Una información de Mairav Zonszein

En la noche del viernes, el filósofo esloveno Slavoj Zizek pronunció una conferencia en una librería del centro de Tel Aviv repleta de caras conocidas de la izquierda israelí. Fue recibido por Udi Aloni, un artista israelí-estadounidense y un activista del BDS (boicot, desinversión, sanciones) que acaba de terminar un libro titulado “What Does a Jew Want”.

La librería Tola'at Sfarim (Bookworm), que también es un pequeño editor de libros sobre todo de psicología, estaba llena de gente, jóvenes y viejos, muy ansiosa de poder escuchar a Zizek, al igual que yo.

Muchos parecían haber llegado con la expectativa de escuchar como Zizek zahería a Israel y haría uso de su ingenio irónico y del carisma que tanto gusta a los poqueño-burgueses de Tel Aviv que apoyan el movimiento de BDS. En efecto, cuando Udi Aloni introdujo a Zizek, se identificó a si mismo como un activista a favor de BDS y dijo que eligió esta librería con el fin de no cooperar con cualquier institución formal israelí.

Sin embargo, Zizek no apoyó y ni siquiera habló mucho acerca del BDS - y cuando lo hizo, fue porque se lo pidieron explicitamente durante el turno de preguntas -. Sus dos afirmaciones claras sobre el BDS fueron: (a) no lo apoya, y (b) si apoya un movimiento iniciado conjuntamente por palestinos e israelíes, y de aquí, de la región.

Por el contrario, Zizek capturó la atención del público durante casi dos horas hablando del antisemitismo, del capitalismo y del lugar de los judíos en el mundo. Advirtió que el antisemitismo está "vivito y coleando" en Europa y América, y afirmó que el Estado de Israel debería preocuparse más por el antisemitismo de la derecha cristiana en vez de malgastar su energía en los autoproclamados judíos antisionistas. Dijo que los cristianos sionistas de Estados Unidos son intrínsecamente antisemitas y que la disposición de Israel a aceptar su ayuda resulta desconcertante.

Él comenzó su charla diciendo que cuando fue invitado a hablar en Tel Aviv (la mayor parte de su viaje la gastó en Ramallah, con Udi Aloni), la gente le aseguró que todavía había algunos "buenos israelíes" de izquierdas a los que les encantaría oírlo, como queriendo convencerle de que quizás valiera la pena visitar Israel. Zizek dijo que no le gustaba nada este enfoque.

“Ser un 'anti' es lo que está de moda”.

Esta declaración marcó el tono de todo su discurso, enmarcado firmemente en la idea de que la mayoría de la gente cae presa demasiado fácilmente de las tendencias y de los ruidos mediáticos, y que en realidad no identifica la raíz de los problemas. Habló de lo fácil y de cómo está de moda ser, por ejemplo, "anticapitalista" hoy en día, ya que sólo se necesita culpar directamente a un banco específico o alguna persona específica como culpables del mal, y luego pensar que uno ya ha hecho su parte. Mencionó a Bernie Madoff en este sentido como un chivo expiatorio al que era muy fácil echarle la culpa, cuando en realidad el verdadero problema es el sistema que permite, e incluso empuja, a los Madoff cometer sus crímenes.

Trazó el antisemitismo a través de la historia, desde cuando se esperaba convertir finalmente a los judíos, en la época de la Ilustración y de la Revolución Francesa, y cuando se hizo evidente que no había conversión o asimilación suficiente que pudiera hacer nada para cambiar su judaísmo eterno. Los judíos, entonces, pasaron de ser individuos muy diferentes y particularistas a ser demasiado universales y cosmopolitas, lo que allanó el camino para el Holocausto.

Después de establecer la profunda vitalidad del antisemitismo, mencionó que no tiene paciencia con aquellos que excusan el antisemitismo árabe ya que, aunque la mayoría de los palestinos son pobres y están oprimidos, no se debe tolerar que sean antisemitas. También habló sobre su conocido argumento de un "antisemitismo sionista", por el cual los sionistas utilizan el lenguaje antisemita contra sus compañeros judíos acusándolos de no ser lo suficientemente sionistas. Esta fue su principal crítica de Israel - la caza de brujas contra los judíos que no son "suficientemente sionistas" - .

Sentada en un cuarto lleno de activistas israelíes, algunos de los cuales se consideran como la vanguardia en la lucha contra la ocupación israelí y el apartheid, dedicando gran parte de su tiempo a visitar la Ribera Occidental en solidaridad con los palestinos, enfrentándose con los militares israelíes y favoreciendo un boicot total del país, yo podía sentir dentro de la sala la decepción de todas aquellas personas que esperaban que Zizek hablara de una manera más crítica y desaprobatoria de Israel. Apenas dijo palabra sobre la ocupación y no mencionó la palabra apartheid ni una sola vez. No habló directamente sobre lo que es Israel en sí mismo o lo que se debería ser o hacer.

Ese fue sin duda un paso audaz ante tal audiencia - y no estoy segura de si a la gente le gustó -, pero pienso que en muchos aspectos, y en la realidad, Zizek realizaba una critica de muchos de los activistas allí presentes. Ellos están tan atrapados con los "males" de Israel que han perdido la perspectiva sobre lo que está pasando en el resto del mundo, y puede que hasta hayan perdido de vista los verdaderos peligros de un antisemitismo persistente, con todo tipo de consecuencias.

Como una persona familiarizada con las ideas de Zizek y que conoce muy bien su crítica punzante de Israel, estaba muy satisfecha porque no necesitaba escuchar otra vez de él cómo Israel está ocupando a los palestinos. Y realmente, ¿cómo un filósofo que pasa su tiempo en Europa podría contarnos cosas nuevas sobre todo esto? Pero, por supuesto, alguna activista de la audiencia no se mostraba muy feliz con el hecho de que no hubiera dedicado el “suficiente tiempo a criticar al sionismo”, por lo que ella le preguntó el por qué.

Zizek procedió a decir que el sionismo no es el peor de los males del mundo. Mencionó el estrangulamiento de Cisjordania por Israel como un proyecto de colonización y comentó que deberían estar colgados por todas partes los mapas de Cisjordania para que la gente pudiera ver realmente la dominación de Israel. Pero también dijo que cualquier madre en la República Democrática del Congo se vendería como esclava si tuviera la oportunidad de vivir en Cisjordania. 


Llegando hasta Tel Aviv y hablando así ante un grupo de activistas israelíes, no sobre los males de Israel, sino sobre la manera profunda y perversa en que subsiste el antisemitismo en la Europa y en los Estados Unidos de hoy en día, y cómo se propaga contra el sionismo e Israel, Zizek parecía quería expresar – tal como yo lo vi - su auténtica frustración ante un cierto sector del activismo izquierdista radical actual, para el cual las fechorías de Israel permiten pasar por alto, descartar o negar completamente, los auténticos problemas relacionados con la existencia y la identidad judía, sobre todo ante un mundo global.

Creo que el punto de vista de Zizek es que el antisemitismo no sólo sigue existiendo, sino que se está reencarnando bajo diferentes formas y que los israelíes deberían prestarlo mucha más atención - ya que es altamente perjudicial, y no sólo para Israel -, pues en el ámbito aún más amplio del racismo y de la violencia, y de cómo tratar los problemas globales, es algo muy perjudicial para todos.

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