"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







jueves, 31 de mayo de 2007

Aullido



AULLIDO


Allen Ginsberg



a Harold Solomon

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles,


negros al amanecer buscando una dosis furiosa,


cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche,


quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz.


Quienes expusieron sus cerebros al Cielo, bajo Él y vieron ángeles mahometanos tambaleándose en los techos de apartamentos iluminados.


Quienes pasaron por las universidades con ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra.


Quienes fueron expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo.


Quienes se encogieron sin afeitar y en ropa interior,


quemando su dinero en papeleras y escuchando el Terror a través de las paredes.


Quienes se jodieron sus pelos púbicos al volver de Laredo con un cinturón de marihuana para New York.


Quienes comieron fuego en hoteles coloreados o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o purgaron sus torsos noche tras noche con sueños, con drogas, con pesadillas despiertas, alcohol y verga y bolas infinitas, ceguera incomparable; calles de nubes vibrantes y relámpagos en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson,


iluminando todas las palabras inmóviles del Tiempo,


sólidos peyotes de los vestíbulos,


amaneceres en el cementerio del árbol verde,


ebriedad del vino en los tejados, puestos municipales el neon estridente luces del tráfico parpadeantes, vibraciones del sol, la luna y los árboles en los bulliciosos crepúsculos de invierno de Brooklyn, estrepitosos tarros de basura y una regia clase de iluminación de la mente.


Quienes se encadenaron a sí mismos a los subterráneos para el viaje infinito desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de las ruedas y niños empujándolos hacia salidas exploradas estremecidas y desiertos golpeados de cerebros absolutamente secos de esplendor en la melancólica luz del Zoo.


Quienes se hundieron toda la noche en la luz submarina de Bickford's emergidos y sentados junto a la añeja cerveza después del mediodía en el desolado Fugazzi's, escuchando el crujido del destino en la caja de música de hidrógeno.


Quienes hablaron setenta horas seguidas desde el parque a la barra a Bellevue al museo al Puente de Brooklyn, batallón perdido de conversadores platónicos bajando de espaldas las escaleras de escape de los alfeizares del Empire State lejos de la luna, gritando incoherencias, vomitando susurrando hechos y recuerdos y anécdotas y patadas en la bola del ojo y traumas de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros disgregados en amnesia por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la Sinagoga arrojada al pavimento.


Quienes se desvanecieron en ninguna parte de Zen New Jersey dejando un reguero de ambiguas postales ilustradas de Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y artritis Tangerianas y jaquecas de China bajo la basura en las salas sin muebles de Newark.


Quienes dieron vueltas y vueltas en la medianoche por el patio de trenes preguntándose adónde ir, y fueron, sin dejar corazones rotos.


Quienes prendieron cigarrillos en vagones traqueteando por la nieve hacia granjas solitarias en la noche del abuelo.


Quienes estudiaron a Plotino, Poe, San Juan de La Cruz, telepatía y cábala debido a que el cosmos instintivamente vibraba en sus pies en Kansas.


Quienes solos por las calles de Idaho buscaban ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios.


Quienes pensaban que sólo estaban locos cuando Baltimore destellaba en éxtasis sobrenatural.


Quienes saltaron a limusinas con el Chinaman de Oklahoma impulsados por la lluvia de los pequeños pueblos a la luz callejera de la medianoche del invierno.


Quienes haraganeaban hambrientos y solos por Houston buscando jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante español para conversar sobre América y la eternidad, una tarea sin esperanza, y tomaron un barco para África


Quienes desaparecieron en los volcanes de México dejando tras suyo nada excepto la sombra del estiércol y la lava y la ceniza de la poesía quemada en Chicago.


Quienes reaparecieron en la Costa Oeste investigando el F.B.I. en barbas y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas atractivos en su oscura piel entregando incomprensibles folletos.


Quienes se quemaron sus brazos con cigarros encendidos protestando contra la bruma narcótica del tabaco del Capitalismo.


Quienes distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desvistiéndose mientras las sirenas de Los Alamos los deprimían, y se deprimía Wall, y el ferry de Staten Islan también se deprimía.


Quienes rompieron a llorar en blancos gimnasios desnudos y temblorosos frente a la maquinaria de otros esqueletos.


Quienes mordieron detectives en el cuello y chillaron con placer en autos policiales por no cometer un crimen salvo su propia pederastia salvaje y su intoxicación.


Quienes aullaron de rodillas en el metro y fueron arrastrados por el techo ondeando sus genitales y manuscritos.


Quienes permitieron ser penetrados por el ano por virtuosos motociclistas, y gritaron con alegría.


Quienes chuparon y fueron chupados por aquellos serafines humanos, los marineros, caricias del amor Atlántico y Caribeño.


Quienes eyacularon en la mañana en la tarde en jardines de rosas y en el pasto de parques públicos y cementerios esparciendo su semen libremente a quienquiera que llegara.


Quienes hiparon sin cesar tratando de reír pero se torcían de llanto detrás de un cubículo de un Baño Turco cuando el ángel rubio y desnudo venía a atravesarlos con una espada.


Quienes perdieron a sus amantes por las tres viejas musarañas del destino, la musaraña tuerta del dólar heterosexual, la musaraña tuerta que hace guiños fuera del útero y la musaraña tuerta que no hace nada sino sentarse en su trasero y corta las hebras doradas intelectuales del vislumbre del artesano.


Quienes copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza, un novio, un paquete de cigarrillos, una vela y se cayeron de la cama, y continuaron en el suelo y por los pasillos y terminaron desmayándose en la pared con una visión del último coño y llegaron a eludir el último atisbo de conciencia.


Quienes endulzaron las conchitas de un millón de chicas temblorosas en el ocaso, y tenían los ojos rojos en la mañana pero preparados para endulzar las conchitas del sol naciente, destellantes traseros bajo los establos y desnudos en el lago.


Quienes iban de putas en Colorado por miríadas en autos robados, N.C., héroe secreto de estos poemas, semental y Adonis del alegre Denver a la memoria de sus innumerables encamadas con chicas en lotes vacíos, patios de bares, hileras de desvencijadas casas rodantes en la cima de montañas, en cavernas o con demacradas meseras en familiares subidas de enaguas al lado del camino y especialmente la secreta estación de gasolina solipsismos de Juan, y callejones pueblerinos también


Quienes se desvanecieron en vastas películas sórdidas, se transformaron en sueños, despertaron en un repentino Manhattan, y se encontraron a sí mismos fuera de los sótanos colgados sobre descorazonados Tokay y los horrores de los sueños de hierro de la Tercera Avenida y tropezaron con las oficinas de desempleo.


Quienes caminaron toda la noche con sus zapatos llenos de sangre en los muelles esperando una puerta en East River para entrar a un cuarto lleno de vapor caliente y opio.


Quienes crearon grandes dramas suicidas en el apartamento de los acantilados del Hudson bajo el rayo azul de la luna de tiempo de guerra y sus cabezas eran coronadas con el laurel del olvido.


Quienes comieron la cazuela de cordero de la imaginación o digirieron cangrejos en el fondo lodoso de los ríos de Bowery.


Quienes lloraron por el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música.


Quienes se sentaron en cajas respirando en la oscuridad bajo el puente, y se levantaron para construir arpas en sus desvanes.


Quienes tosían en el sexto piso del populoso Harlem con llamas bajo el cielo tuberculoso rodeados por las jaulas naranjas de la teología.


Quienes garrapatearon toda la noche golpeando y rodando sobre elevadas incantaciones que en las amarillas mañanas eran estrofas de jerigonza.


Quienes cocinaron animales podridos pulmones, corazón, pata, cola borsht y tortilla soñando con el puro reino vegetal.


Quienes se zambulleron en camiones de carne buscando un huevo.


Quienes tiraron sus relojes del tejado para dar su voto a la eternidad fuera del Tiempo y despertadores cayeron sobre sus cabezas todos los días por la siguiente década.


Quienes se cortaron las muñecas tres veces seguidas sin éxito, se rindieron y fueron forzados a abrir anticuarios donde pensaban que se ponían viejos y gritaban.


Quienes fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre ráfagas de versos plomizos y el parloteo borracho de los regimientos de acero de la moda y los chillidos de nitroglicerina de las agencias de publicidad y el gas mostaza de los editores siniestramente inteligentes, o cayeron por los taxis ebrios de la Absoluta Realidad.


Quienes saltaron del Puente de Brooklyn esto realmente sucedió y quedaron desconocidos y olvidados en el aturdimiento fantasmal de los callejones de sopa y camiones de incendio de Chinatown, ni siquiera una cerveza gratis.


Quienes cantaron por sus ventanas de desesperación, cayeron de la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, brincaron en negros, gritaron por toda la calle, bailaron descalzos en trozos de copas de vino rotas grabaciones de fonógrafos de la nostalgia Europea jazz alemán de 1930 terminaron el whisky y se lanzaron gemebundos en baños sangrientos, gemidos en sus oídos y la ráfaga colosal del silbido del vapor.


Quienes rodaron por las carreteras del viaje al pasado para cada uno el látigo del Gólgota reloj de la soledad de la cárcel o encarnación del jazz de Birmingham.


Quienes condujeron una visión para encontrar la eternidad.


Quienes viajaron a Denver.


Quienes murieron en Denver.


Quienes volvieron a Denver y esperaron en vano.


Quienes aguardaron en Denver y empollaron solos en Denver y finalmente se fueron para encontrar el Tiempo, y Denver es solitario para sus heroínas.


Quienes cayeron de rodillas en catedrales sin esperanza rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que el alma iluminara su cabello por un segundo.


Quienes chocaron con sus mentes en la cárcel esperando criminales imposibles con cabezas doradas y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaban dulces blues a Alcatraz.


Quienes se retiraron a México para cultivar un hábito, o a Rocky Mount para ofrecer Buddha o Tánger a los muchachos al Southern Pacific a la locomotora negra o a Harvard a Narciso a Woodland para la sepultura o daisychain.


Quienes exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron dejados con su locura y sus manos y un jurado colgado.


Quienes arrojaron papas saladas a los conferencistas de Dadaísmo en CCNY y subsecuentemente se presentaron ellos mismos en las baldosas de granito del manicomio con cabezas rapadas y un discurso arlequinesco de suicidio, demandando una lobotomía instantánea, y quienes a su vez se entregaron a la nulidad concreta de la insulina, Metrazol, electricidad, hidroterapia, psicoterapia, terapia ocupacional, ping pong y amnesia.


Quienes en protesta seria dieron vuelta sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después verdaderamente calvos excepto por una peluca de sangre, y lágrimas y dedos, a la visible fatalidad del hombre loco de los pupilos de los pueblos locos del Este, salas fétidas de Pilgrim State's Rockland's y Greystone discutiendo con los ecos del alma, pegando y rodando en la soledad-banca-dolmen-reinos del amor de medianoche, sueños de vida en una pesadilla cuerpos convertidos en roca tan pesados como la luna, con la madre finalmente, y el último libro fantástico arrojado por las ventanas del departamento, y la última puerta cerrada a las 4 A.M. y el último teléfono pegado a la pared sonando y la última pieza amueblada, un papel rosa amarillo torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un poco de esperanzadora alucinación ah, Carl, mientras no estés seguro yo no estoy seguro, y ahora tú estás realmente en la sopa animal total del tiempo y quienes por lo tanto corrieron a través de las calles congeladas obsesionados con un repentino destello de la alquimia del uso de la elipse el catálogo el metro y el plano vibrante.


Quienes soñaron y encarnaron brechas en el Tiempo y Espacio a través de imágenes yuxtapuestas, y atraparon al arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y establecieron el nombre y rasgos de la conciencia al mismo tiempo saltando con sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y ponerse frente a ti estupefacto e inteligente y sacudirse con vergüenza, rechazando incluso revelar el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda y eterna cabeza, el vagabundo loco y el golpe del ángel del Tiempo, desconocido, incluso poniendo aquí lo que podría dejar de ser dicho en tiempo de volver después de la muerte, y surgieron reencarnados en los trajes fantasmales del jazz en la sombra del corno dorado de la banda y exhalar el sufrimiento de la mente desnuda de América para amar en un eli eli lamma lamma sabacthani saxofón que llora estremeciendo las ciudades bajo la última radio con el corazón absoluto del poema de la vida descarnada de sus propios cuerpos buenos para comer mil años.


martes, 29 de mayo de 2007

No 40 aniversario



No verán do 67 foi o estoupido do movemento Hippie no Frisco queimado polo sol. Hoxe, 40 anos despois, unha lembranza a tempos inxenuos. Ou non.

A morte heroica


La muerte heroica
Karl Kraus (1874-1936) De «Los últimos días de la humanidad» *(Die letzten Tage der Menschheit. Austria, 1922).

Escena vigesimonovena

El optimista.- Ajá, ¿y qué sería para usted la muerte heroica?


El criticón.- Un azar lamentable.


El optimista.- Si la patria opinara como usted, ¡mal le irían las cosas!


El criticón.- Pues la patria opina como yo.


El optimista.- ¿Qué? ¿Califica acaso de azar lamentable, de fatalidad, la muerte heroica?


El criticón.- Poco más o menos; la llama un cruel golpe del destino.


El optimista.- ¿Quién? ¿Dónde? No existe necrológica militar donde no figure que el soldado en cuestión ha tenido el honor de morir por la patria y no se publica una sola esquela donde el ciudadano más humilde, que en otras circunstancias sin duda habría hablado de un duro golpe del destino, no anunciara la heroica muerte de su hijo con palabras sencillas y, casi diría, con orgullo. Mire usted aquí, por ejemplo, en la Neur Freie Presse de hoy.


El criticón.- Ya veo. Pero retroceda usted unas cuantas páginas. Eso. ¿Ve? El jefe de Estado Mayor, Conrad von Hötzendorf, agradece aquó al alcalde su pésame "con ocasión del cruel golpe del destino", sufrido al morir su hijo en acción de guerra. Y emplea las mismas palabras en el recordatorio. Tiene usted toda la razón, cualquier comerciante cuyo hijo haya caído adopta la postura de padre de un héroe prescrita por el Estado. El jefe de Estado Mayor renuncia a tal máscara y vuelve al viejo y humilde sentimiento, más justificado en esta muerte que en cualquier otra y aún vivo en las fórmulas convencionales. Una princesa bávara felicitó a un pariente suyo por la muerte heroica de su hijo. En las altas esferas de la sociedad todavía existe cierta obligación a comportarse como arpías. El jefe de nuestro Estado Mayor, en cambio, no sólo acepta el pésame, sino que no cesa de lamentarse del cruel destino. El hombre que precisamente está más cerca de dicho destino que todo el reparto de este drama, es decir, que todos los soldados a los que el destino podría golpear y los padres que podrían lamentarlo; el hombre que si no es precisamente su autor, sí es su escenógrafo o su director artístico responsable, digamos, o como mínimo su traspunte... precisamente ese hombre habla del cruel golpe del destino. Y dice la verdad, mientras todos los demás se ven obligados a mentir. Con su dolor personal se ha liberado felizmente de la obligación del heroísmo. Los demás, en cambio, se han quedado atrapados. Tienen que mentir.


El optimista.- No, no mienten. El pueblo adopta una postura totalmente patética ante la muerte heroica, y la perspectiva de morir en el campo del honor suele tener para los hijos del pueblo algo embriagador.


El criticón.- Y por desgracia también para las madres, que han renunciado a su poder de salvar esta época del oprobio.


El optimista.- Pues aún no estaban maduras para digerir el pensamiento corrosivo que usted profesa. Y todavía menos lo está la patria en cuanto tal. Que los superiores tengan que pensar así es algo evidente. El caso que acaba usted de mencionar es mera casualidad. El barón Conrad ha usado simplemente una fórmula convencional. Se le ha escapado...


El criticón.- Sí, un sentimiento.


El optimista.- Como sea, pero el caso no demuestra nada. Hay otra cosa que quiero enseñarle a usted y que corrobora al cien por cien mi opinión. Hasta usted tendrá que rendirse a la evidencia.


El criticón.- ¿De qué?


El optimista.- De la concordia francamente prodigiosa que reina, de esa solidaridad en el sufrimiento compartido, donde todos los estamentos compiten...


El criticón.- ¡Venga, al grano!


El optimista.- Ya, ya... espere, que tengo que leerle esto en voz alta para asegurarme de que no se le escapará ni una palabra: "Un comunicado del Ministerio de la Guerra. La Oficina de Correos y Telégrafos comunica lo siguiente: el Imperial y Real Ministerio de la Guerra autoriza que a todo el personal contratado en las empresas de producción y elaboración de municiones, así como de material de transporte bélico, el día 18 de agosto del presente año le sea concedido, excepcionalmente, como día festivo a todos los efectos. El Ministerio de la Guerra desea aprovechar esta ocasión para destacar el especial sentido del deber y el infatigable celo de todos aquellos trabajadores que con el esfuerzo de sus manos han contribuido a que nuestras tropas consigan, con incomparable arrojo y desdeñando la muerte, los augustos laureles de la victoria." ¿Qué le parece?


(El criticón calla).


Parece haberse quedado sin habla, ¿eh? La prensa socialdemócrata lo publica bajo el altivo titular: "Reconocida la aportación de los trabajadores". Y cuántos de estos trabajadores estarán descontentos porque sólo les dan un día libre, aunque sea el cumpleaños del emperador...


El criticón.- Ciertamente.


El optimista.- ... en vez de premiarlos sacándolos definitivamente de la fábrica...


El criticón.- Por descontado.


El optimista.- ...¡Y dándoles, por fin, la oportunidad de probar en el mismísimo frente las municiones que en la empresa deben limitarse a fabricar! Los más valientes estarán sin duda desolados porque sólo pueden apoyar a sus compatriotas y compañeros de clase con el esfuerzo de sus manos y no uniéndose a ellos y compartiendo su valeroso desdén por la muerte. La posibilidad de ir al frente es la máxima distinción a la que un mortal...


El criticón.- Ser mortal es, por lo visto, el primer requisito en el certificado de calidad. Vamos a ver, usted afirma que ser destinado al frente es la máxima recompensa a los ojos de... ¿quienes la reciben?


El optimista.- Exactamente.


El criticón.- Puede que así sea. Pero, ¿cree usted también que ese destino se les otorga como la máxima recompensa?


El optimista.- ¡Por descontado! Parece que se ha quedado usted sin habla, ¿eh?


El criticón.- Efectivamente, y por eso, en vez de usar mis propias palabras, sólo puedo desquitarme recurriendo al texto de un comunicado. Se lo leeré en voz alta para asegurarme de que no se le escapará ni una palabra.


El optimista.- ¿Es de algún periódico?


El criticón.- No, sería prácticamente imposible publicarlo. Sería demasiado chocante. Sin embargo, lo han pegado en todas aquellas fábricas que, gracias al beneficio de la protección estatal, han sabido quitarse de encima el descontento de los trabajadores.


El optimista.- Pero usted ha oído que los trabajadores apoyan la causa con entusiasmo y que su único motivo de descontento es no poder participar de otra manera. Si hasta el propio Ministerio de la Guerra reconoce la entrega...


El criticón.- Usted parece querer compensar el habla que yo he perdido. ¡Cédale la palabra al Ministerio de la Guerra! " 14 de junio de 1915. Se ha puesto en conocimiento del Ministerio de la Guerra que el comportamiento de los obreros en numerosas plantas industriales requeridas de conformidad con la Ley de Producción de Guerra deja mucho que desear desde un punto de vista disciplinario y moral. Los actos de desobediencia, impertinencia y rebeldía contra oficiales y capataces, la resistencia pasiva, el daño intencional causado a las máquinas, el abandono arbitrario de los lugares de trabajo, etc., son delitos contra los cuales hasta la aplicación de procedimientos penales ha resultado ineficaz en muchos casos... "


El optimista.- Al parecer, la gente ya no ve la hora de marchar al frente. Y se les niega esa distinción...


El criticón.- No, se la ofrecen. "Por ello, el Ministerio de la Guerra se ve obligado a decretar que en tales casos las sanciones judiciales se apliquen sin excepción. Las condenas previstas para estos casos son severas y podrán serlo aún más si se aplican los agravamientos correspondientes, además, el condenado no percibirá sueldo alguno durante el arresto, de modo y manera que la condena judicial podría ser, precisamente en estos casos, un medio altamente eficaz de intimidación y enmienda..."


El optimista.- Pues bien, son penas duras, y estos elementos perderían, además, la oportunidad de ser enviados algún día al frente.


El criticón.- No del todo. "Los trabajadores sujetos al servicio militar que hayan sido identificados como cabecillas de cualquier disturbio sancionable por la ley, no serán devueltos a la planta tras la conclusión del procedimiento judicial y una vez cumplida la pena, sino entregados por la dirección militar de las plantas respectivas a la comandancia de reclutamiento más próxima para ser incorporados a la unidad del ejército que les corresponda. Ahí, dichas personas serán sometidas de inmediato a instrucción militar y asignadas al batallón de combate más cercano. Si el obrero movilizado por esta medida sólo está calificado como apto para el servicio de guardia, se procurará que el mismo, después de recibir la instrucción, sea asignado a un cuerpo de guardia activo en el ámbito del ejército o cercano a él. Por el ministro: Schleyer, firmado de su puño y letra."


(El optimista se queda sin habla.)


El criticón.- Al parecer, se ha quedado usted sin habla, ¿eh? Pues ya lo ve: los hombres que arden en deseos de ir al frente y lo consideran una bendición, son enviados allí en castigo.


El optimista.- Sí... ¡E incluso como agravamiento de la pena!


El criticón.- Exactamente. La patria interpreta la oportunidad de morir por ella como un castigo y, para colmo, como el más severo. El ciudadano, sin embargo, lo interpreta como el máximo honor. Quiere morir como un héroe. Y en lugar de ello le imparten instrucción y lo asignan al batallón de combate más próximo. Aspira a incorporarse a filas, y en lugar de ello acaba movilizado.


El optimista.- No me lo puedo creer... ¡Un castigo!


El criticón.- Hay matices. Primero, castigo disciplinario; segundo, condena judicial; tercero, agravamiento de la pena de arresto y cuarto, como máximo agravamiento de la pena de arresto, ¡al frente! Envían a los incorregibles al campo de honor. ¡A los cabecillas! Si tienen más de un antecedente penal, los condenan a morir como héroes. La muerte heroica es para el jefe de Estado mayor un duro golpe del destino, si la víctima es su hijo; el ministro de la Guerra, en cambio, la llama castigo. Los dos tienen razón... En ambos casos son las primeras palabras verdaderas pronunciadas en esta guerra.


El optimista.- Pues sí, con usted es difícil ser optimista.


El criticón.- ¡Qué va! Si estoy admitiendo que también se dicen palabras verdaderas en la guerra. Sobre todo en relación con lo principal. Y eso que se me olvidaba la más verdadera.


El optimista.- ¿Qué sería?


El criticón.- Una que casi podría reconciliarnos con el hecho de ser movilizados, el desquite por la degradación de la humanidad al nivel de material humano: ¡el enrolamiento mientras dure la movilización o enrolamiento MOB! ¡Después de FLAK y KAG y RAG y demás siglas atroces, estos abreviadores de la lengua y de la vida te dan por fin una alegría! Ya que MOB significa "populacho" en inglés, ¡pues estamos todos, indefinidamente, MOB-enrolados!


El optimista.- Su procedimiento decolora todas las banderas de la patria. ¿Todo mentira, todo prostitución? ¿Quién tiene la verdad?


El criticón.- ¡Las prostitutas!¡Ay de aquel que se atreva a despreciar hoy la memoria de las que cayerona un enemigo mayor enfrentadas!¡Mujer contra hombre! No las abatióla máquina a la que uno sólo puede escapar por designio del azar. No, cayeron por propia voluntad, dando la cara, en lucha desigual, en el alud de una moral granítica.¡Honor a aquellas que por el honor murieron! ¡Fueron víctimas heroicas, consagradas a la naturaleza, madre patria, entre todas la mayor!


(Cambia la escena.)


(*) Tusquets Editores. España, 1991. Traducción de Adan Kovacsics, con la colaboración de Juan José del Solar y el asesoramiento de Feliu Formosa.

Marte, Marte, Marte

Fascinante Marte


Nunha foto astronómica feita pública onte pola NASA, semella que hai sorpresa. Un enigmático buraco de algo máis de 100 metros na superficie de Marte. Especúlase con que podería tratarse dunha entrada a covas subterráneas. Veña, todos a soñar...

lunes, 28 de mayo de 2007

Son un romántico



Pois si. Esta banda, LOS RUBIA, só tiveron este "medio éxito". Unha boa versión dos Jayhawks que contra o que manifestan no seu título... levounos ao fracaso e a separación. Unha magoa. Eran unha boa banda e o seu único CD foi un traballo máis que meritorio. Descansen en Paz LOS RUBIA.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Discurso contra Dios


Por Roberto Benigni

Quiero hacer un breve paréntesis en relación a la economía divina.
Nuestro señor, creo, podía habernos ayudado desde el principio. Yo creo en él, porque nunca se sabe. Total si existe, existe, y si no existe, no jode. Pero si existe, digo: somos cinco mil millones de personas, ¡y con todos los planetas que hay tenía que meternos a todos en éste! Es como si un padre tuviera veinte hijos y un edificio de cincuenta pisos y decidiera encerrarlos a todos en el garage. ¿De qué estamos hablando? Nos tendría que haber ubicado un poco mejor.
Pero no, nuestro señor es un capitalista, y todos estos planetas son un abuso. Pura especulación planetaria. De hecho, cuando Galileo los descubrió, el Papa lo hizo arrestar enseguida. Lo hizo pasar por idiota y le dijo: "¿Cómo es ése asunto de que la Tierra gira?". Galileo dijo: "Es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y no como dicen ustedes". Entonces el Papa dijo: "¿Pero éste es idiota? ¿Han visto alguna vez una casa girar alrededor de la estufa?".
Naturalmente, además de crear a los hombres, Dios ha construido a los animales, los vegetales y los minerales: un quilombo tan grande que ya no se entiende nada. Pero cuando los hombres se enojan, viene el diluvio universal. Después, Noé tiene tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Los tres son hombres y dan lugar a las distintas razas. Al rato, Dios lo llama a Moisés y le dice cuáles son las cosas que se pueden hacer y cuáles las no.
Las cosas que se deben hacer son los diez mandamientos; las que no se deben hacer son los siete pecados capitales. Ahora bien, yo estudie bien esos siete pecados capitales y son las cosas más abominables del mundo. Y Dios las hace todas. La soberbia, por ejemplo: si hay alguien soberbio, ése es Él, el ser perfectísimo, poderosísimo, presentísimo. "Comparado conmigo", dice, "Nembo Kid es un imbécil y a Buda lo saco de taquito". Hace falta un poco más de humildad. El mismo nombre Dios. Si hubiese elegido un nombre más humilde. Si hubiese dicho: "Soy Guido, no habrá otro Guido más que yo". O si no: "Ayúdense entre ustedes, que Guido los ayuda a todos". O "llueve porque Guido quiere". Si fuese más humilde sería más simpático.
La ira: no hay nadie que se enoje más que él. ¿Adán y Eva arrancaron una manzana? Madre mía, se enojó como un loco. "¡Fuera! ¡Tu trabajarás con el sudor de tu frente! ¡Tú parirás con dolor! ¡Fuera!". Una manzana yo me la pago, no hay porque enojarse de esa manera. Está bien, incluso admito que uno se puede enojar por una manzana, pero después se le pasa. ¡Ah! No, a Él no se le pasó. Van dos millones de años y nos seguimos bautizando por culpa de esa manzana.
La lujuria: no quiero entrar en asuntos privados, pero somos todos hijos suyos, ¿o no? Somos cinco mil millones de personas, ¿o no?
La avaricia: no hay nadie más avaro que Él. Al pueblo elegido -los judíos- les prometió un pedazo de tierra hace dos millones de años. "Si, aquella tierra se la prometí, pero nunca dije que se la iba a dar". ¿O sí?
Los diez mandamientos. Ésa sí que era una buena idea. Sólo que los hizo a favor del rico. Convengamos que es más fácil ir al infierno para los pobres que para los ricos. Por ejemplo, a Agnelli, el dueño de la Fiat, con todo el dinero que le han dejado, le dicen: "Honra al padre y a la madre" ¿Y que va a decir? "Gracias madre, gracias padre. Cuando mueran, lo agarro todo yo".
O no desear las cosas de los demás. También es algo muy fácil para Agnelli, porque si todo es suyo ¿qué va a desear?
En suma: nuestro señor debería ocuparse un poco más de los problemas del proletariado. Porque nuestro creador consiguió que nos insertáramos en el mundo moderno de manera homogénea. Él podría conseguir enseguida que estuviéramos mejor. Tomemos los inventos, por ejemplo. ¿Por qué no nos hizo descubrir enseguida la calefacción, evitando que mil millones de personas murieran de frío en el pasado? ¿No podía? Creó a Adán, tomó una costilla suya e hizo a Eva. O sea, que bien podía agarrar, no sé, una oreja de Eva y hacer una estufa. Así quedaban los hombres con una costilla menos y las mujeres sin una oreja, y aunque hubiese hecho falta gritar un poco, habríamos estado un poco mejor, ¿no?
Durante siglos se comió carne cruda y hubo miles de virus. ¿No podía ayudarnos a descubrir antes la penicilina y los antibióticos? No, prefirió esconderlos en los hongos. Y eso es tener una mentalidad de revista de crucigramas.
¿A quién se le ocurre ir a buscar los antibióticos en los hongos? Hay gente que los buscó durante toda su vida y no los pudo encontrar.
Es como si yo les escondiera el jabón a mis hijos: van a lavarse, no lo encuentran, entonces se agarran tifus y cólera, y se mueren. Al final, para divertirme, les digo: "¿Saben dónde había metido el jabón? Debajo de la toalla, ja, ja, ja". Pero ellos ya están muertos. Entonces, ¿qué nos quiere decir con eso? Nos quiere decir: "Soy Dios y me cago en ustedes".

martes, 22 de mayo de 2007

Son de mentira



Todo o morbo ao carallo. Veño de ler que era só unha pose...

Bar Rafaeli



Wellfare State - Capítulo primeiro.

Noticias do Mundo
Unha xoia recopilada. Trátase dun remember do xornal de referencia "Noticias del Mundo", que trataba as historias máis incríbeis. Tal e como contan.. [..] Así puidemos ler a historia de Mauricio, o neno vampiro, a do home que tiña un hacha cravada na cabeza pero que facía unha vida normal, enterámonos de que o fillo secreto de Elvis vivía en Murcia, empregados que disecan ao seu difunto xefe, misioneiros que devoran a uns caníbales… Unha listaxe interminábel de situacións absurdas e novas demenciais que fixéronos pasar grandes momentos [..]

viernes, 18 de mayo de 2007

Se todo volve a comezar...


Si todo vuelve a comenzar

Quiero decirlo ahora
porque si no después las cosas se complican.
Soy peor todavía de lo que muchos creen.
Me gusta justamente el plato que otro come
aburro una tras otra mis camisas
me encantan los entierros y odio los recitales
duermo como una bestia
deseo que los muebles estén más de mil años en el mismo lugar
y aunque a escondidas uso tu cepillo de dientes
no quiero que te peines con mi peine.

Te explico estas cuestiones
porque si todo vuelve a comenzar
no me hagas mucho caso acuérdate. "

José Agustín Goytisolo

Estampa galega



Lémbrame algo...

jueves, 17 de mayo de 2007

Cidade tranquila



Do seu último traballo "Subtitulo", un tema sinxelo, moi sinxelo para respirar fondo e ser feliz. Josh Rouse, que por mor dunha valenciana vive na costa Meditarranea, é un dos meus pequenos/grandes cantautores de cabeceira. "Quiet Town" é pop melódico e sinxelo. E iso é precisamente un dos motivos da súa extraordinaria fermosura, a súa transparente melancolía.

Chegan os play offs da ACB



Eis a miña Penya, o bressol del basquet, chega na mellor forma desde hai moitos, moitos anos. Mocidade, talento, dureza, defensa, creatividade e dirección son os ingredientes que contén esta Penya 2007. En fin... que os deuses repartan sorte... Visca La Penya!!!

domingo, 13 de mayo de 2007

Eu amo a Madonna



Confeso... non gustaba nada, nada de Madonna. Se acaso polo morbo da súa insolencia xuvenil... e a miña (daquela...mmmm). Co tempo (de Madonna e meu) fun reparando na súa traxectoria desde os comezos coma moza provocadora ate muller icono atemporal. Confeso que agora, con máis anos enriba, gusto moito da Madonna. No video que deixo aquí no caixón para o teu disfrute, interpreta un tema clásico "Im nin’alu" que é un dos moitos poemas xudaicos escritos no século XVII por Shalom Shabazi, un poeta natural do Yemen. O poema serve de base para "Isaac", unha canción do último álbum de Madonna, "Confessions on a Dance Floor". O mesmo tema fora xá gravado noutra versión, do ano 1985, pola voz da cantante israelí Ofra Haza, ela mesma descendente de xudeus yemenitas.

sábado, 12 de mayo de 2007

viernes, 11 de mayo de 2007

Contra a SIDA (I)


Babybaby
Uploaded by pierrafeu


Cada ano Wilfred Brimo, agasállanos unhas campañas de prevención da sida que son realmente de chapeau. Eis o primeiro.

Contra a SIDA (II)


Live Long Enough... - Watch a funny movie here

Contra a SIDA (III)

Un consello.



Bótalle unha ollada a éste video porque paga a pena. Orixinalmente escrito por Mary Schimch, trátase dun ensaio no que plantexa cal sería o seu consello, se lle pediran que dera unha mensaxe á mocidade. O texto foi empregado por unha axencia de publicidade brasileira para crear este videoclip...

viernes, 4 de mayo de 2007

jueves, 3 de mayo de 2007

E xa que estamos...



Após o grande Otis, o máis grande aínda Ray Charles. Un tema dunha capacidade de evocación impresionante. Pechar os ollos e sentirse no profundo sur... Dicía outro grande, John Lennon que a música é o teu único amigo deica o final... non che sei... direcho cando remate...

miércoles, 2 de mayo de 2007

Pausa



Pausa
Charles Bukowski


Haciendo el amor al sol,
al sol de la mañana
en una habitación de hotel sobre el callejón
donde los pobres hurgan buscando botellas;
haciendo el amor al sol
haciendo el amor junto a una alfombra más roja que nuestra sangre,
haciendo el amor mientras los chicos venden titulares
y Cadillacs,

haciendo el amor junto a una foto de París
y un paquete abierto de Chesterfield,
haciendo el amor mientras otros hombres -pobres idiotas-
trabajan.
Desde aquel momento (hasta ahora...
años, quiza, según otras medidas,
pero en mi recuerdo es sólo una frase reiterada)

hay tantos días
en los que la vida se detiene, frena y se sien
tay espera como un tren en las vías.
Paso por ese hotel a las 8
y a las 5. Hay gatos en los callejones
y botellas y mendigos,
y levanto los ojos hacia la ventana y pienso
ya no sé dónde estás,
y sigo andando y me pregunto a dónde
va la vida
cuando se detiene.

Que ruído tan triste


Qué ruido tan triste
Luis Cernuda

Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.
Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.