"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







domingo, 24 de octubre de 2010

O resultado...

A top model estoniana Tiiu Kuik e un vídeo ao que algúns xa se atreveron a bautizar como Erotic High-class. Estraño concepto este xurdido de xuntar a beleza de Met-Art, a estética fotográfica de Helmut Newton e a tecnoloxía que ofrecen as cámaras DSLR de última xeración. O resultado... espectacular...


Tiiu from Daemian & Christine on Vimeo.

martes, 19 de octubre de 2010

A inútil barricada...


Por Gabriel Albiac

20/10/2010
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PARÍS, como aparece en todas mis nostalgias: cuadrícula de barricadas. Ahora. Siempre. Tengo ante mí las fotografías de Gilles Caron entre el viernes 3 y el viernes 31 de mayo de 1968. Dan la escena de una insurrección. Transcripción visual de aquello en lo cual, un siglo antes, Gustave Flaubert pusiera la más exquisita narración legendaria. La educación sentimentales a las barricadas de 1848, lo que las fotos de Caron a las de 1968: un vendaval de absoluto, en cuya estética alienta la más encarnizada de los ilusiones humanas —y la más engañosa—, que vivir como vivimos no vale maldita la pena. Y que hay un belleza, de la cual algo nos dice que ni está ni estará, y a la cual, sin embargo, nos sabemos no lo bastante fuertes para renunciar, y con la cual tan sólo nos cruzamos en la alucinación de la noche insurreccional, antes de que, extinto su fogonazo, quede todo en el mismo punto gris que siempre conocimos. Dio en la nada, el '68. Y es eso lo más bello de su historia. Que dio en la nada. Sin historia.


El Frédéric Moreau en cuya figura teje Flaubert su más complejo personaje, pasea en la gran noche de barricadas del siglo XIX con altivo desprecio hacia las hordas de borrachos y de locos que arrasan cuanto encuentran. Y se pone a sí mismo, en tanto que espectador, como modelo de una nueva belleza escéptica. No la de los bárbaros ruidosos; sí, la del dandy conmovido ante la belleza de la destrucción misma, del fuego por el fuego. Todo, en torno a él, es devastación, grotesca más que épica. «No importa», se dice a sí mismo, displicente y cínico, «a mí, el pueblo me parece sublime». A una prudente distancia, desde luego. En las fotos de Gilles Caron no hay pueblo acerca del cual levantar retóricos manifiestos. La belleza está en el choque, casi el paso danza, de gentes inverosímilmente jóvenes que no buscan más allá alguno del instante, que viven en el instante el privilegio «sublime» de haber visto disolverse todas las reglas del orden, todas las del sentido, de no esperar ya nada, de tener todo ya, y qué demonios importa lo que venga luego. No fue una revolución, porque supo que el futuro es enemigo mortal del bello presente. Eso hace del '68 un paréntesis de intemporalidad. Sin precedente, sin herederos. Acto poético, no político. Ni Marx ni Blanqui. Rimbaud. El Rimbaud que musita su melancolía de adolescente raro: «…aplastaremos las rebeliones lógicas…».


Nadie que haya vivido en París —y da igual cuándo— desconoce esos ciclos de erupción poética. Cuando los aprendices de Rimbaud toman la calle. Sin objeto. Por el placer de tomarla. Nada, al final, resulta de eso. ¿Nada? Resulta su belleza, la apuesta primordial contra lo gris, contra lo aburrido, de lo cual está tejida la normalidad humana. Luego, la marea cede. Y el empecinado reino de la grisura triunfa como siempre. Pero aquel que vio, en cierta noche de barricada y fogonazos, una luz distinta cegar sus ojos, ése sabe que todo retornará a lo mismo. Como siempre, sí. Todo, salvo su memoria. Incluso cuando él —éste de ahora que se perderá enseguida en el fluir del río heraclíteo— ya no esté, sea otro. La barricada cortaba el paso a los caballos en el siglo XIX. Es hoy objeto inútil. Y, por inútil, bello.

Sen palabras...

Sergio Britva, gañador do campionato mundial de halterofilia en Polonia representando a Israel. No video, pode verse a reacción do representante iraniano, que ficou en segundo lugar, cando Britva lle estende a man...

domingo, 3 de octubre de 2010

Basta ya de gilipolleces...


Unha moi interesante e atinada reflexión de Xavier Sardá publicada no xornal El Periodico de Catalunya onte domingo, 3 de outubro de 2010.
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Basta ya de gilipolleces
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Hasta hace un cuarto de hora los okupas estaban considerados por algunos políticos progres como los cheguevaras del urbanismo inhumano. Aquí se meten en casa de gente y los jueces dicen que no es delito. Claro que vienen aquí, si el miércoles destrozaron el centro de Barcelona y ya están casi todos en casita (la de los papás o la okupada). ¿Que suena facha? Ese es el problema. El problema es que esto a los progres nos suene a facha. El problema es que considerásemos que Lenin tenía razón y que Kautsky y Keresnki eran unos revisionistas de mierda. El problema es que tuvieron que estar bombardeando Londres durante un mes para que Bertrand Russell llegase a la conclusión de que ya no era pacifista. El problema es que se considerase que De Gaulle era un militarista trasnochado porque aconsejaba aumentar la producción militar ante lo que preparaba Hitler en Alemania. El problema es que la intelectualidad francesa, con el miope de Sartre a la cabeza, dijese que Solzhenitsin era un pequeñoburgués mentiroso cuando denunció la Siberia de Stalin. El problema es que la izquierda española y catalana hayan tardado décadas en darse cuenta de que Fidel Castro era un cabrón.
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El problema es el panarabismo de la progresía de los 70, que años después no sabe cómo comerse Al Qaeda. El problema es que aún hoy hay quien sigue diciendo que Israel comete con los palestinos los mismos crímenes que los nazis cometieron con los judíos. El problema es que políticos progres catalanes pregunten en el Congreso qué hacen las tropas españolas en Afganistán. «Es la hora del acuerdo político en Afganistán». Si lo dicen para quedar bien, es grave. Si lo dicen porque lo piensan, son imbéciles. El problema es confundir el garantismo y el in dubio pro reo con la impunidad de los violentos. Y ya está bien de llamarles con admiración antisistema. Esto es un invento de los medios de comunicación para referirse a toda postura disidente y subversiva ante el sistema actual imperante. Estos días me lo vengo preguntando: ¿era antisistema la Falange? ¿Lo eran las SS? Eran disidentes y okupas... pero además eran inadaptados. Ser inadaptado no es heroico, y ser violento es una dolencia peligrosa. La alarma social que los cachorros provocaron el miércoles en Barcelona es espantosamente humillante. Los sociólogos nos hablarán de falta de opciones para estos muchachos. Los curas nos dirán que sin valores pasa lo que pasa. Cuentos. Hay muchos jóvenes que luchan desde soledades demoledoras para convertirse en seres humanos. Estos ya saben que el carril bici no lleva necesariamente a alguna parte.

La Clave Embassy...