"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







viernes, 30 de octubre de 2009

O defunto...


Isto é un documento antropolóxico de primeira fila, así de claro e sen retranca de ningún tipo. Trátase dunha entrevista nos Bos días da TVG á filla do señor que morreu dentro da igrexa de San Andrés de Teixido e celebraron despois unha misa co corpo tirado dentro (ver noticia). Confeso que cando vin o vídeo ao principio pensei que era algunha sorte de brincadeira da TV e a señora unha actriz do Luar, ou algo así. Non podía ser posible. Pero si.
O que se ve no vídeo é fascinante desde un punto antropolóxico. Como a moza/señora (non sabería determinar a súa idade) filla do defunto explica con toda naturalidade o que aconteceu na igrexa de Teixido, e como os presentadores, partes dun escenario futurista, abráianse con toda a circunstancia da morte do señor. Ela, a familiar directa, imperturbable, vive nunha lóxica de relación co difunto tremendamente respectuosa, pero tamén práctica, na que todo sucede de xeito natural e para a que é obvio que se debía celebrar a misa mesmo despois do que o seu pai morrera: para as novas xeracións, os presentadores, o que alí aconteceu é anómalo, estraño e mesmo perturbador (dar unha misa co morto no medio?), se cadra unha falta de respecto a ese mesmo defunto. Poucas veces se evidencia tanto unha ruptura da lóxica cultural.
Para arquivar. Tirado do blog de Manuel Gago

miércoles, 21 de octubre de 2009

De Berkowitz a Casspi...


Por Gonzalo Vázquez

20.10.09
Corren días revueltos para el basket israelí. Primero era Pini Gershon haciendo de Bobby Knight en el Madison. Apenas sol y medio después un mito como Moni Fanan se quitaba la vida protagonizando una tragedia, ironía cultural, mucho menos hebrea que griega.

La vida y obra de Fanan en el baloncesto israelí pesa tanto como el Quijote en la literatura española. Fanan se quitó de en medio porque le habían quitado de en medio. Pero poco antes de morir vio cumplido un sueño. No era suyo únicamente. Era el sueño de todo un pueblo. Y una vez cumplido, era como si su destino tocara también a su fin.

Moni Fanan hizo llegar a Omri Casspi a Maccabi en 2005. El espigado muchacho contaba con 17 años. Al término de su primer entrenamiento su compañero Yaniv Green le agarró por los hombros y mirándole fijamente a los ojos le espetó: "Tú vas a ser el primero".

Cuatro años después Casspi lo fue.


El joven alero, natural de Yavne, terminó siendo elegido por Sacramento Kings en el draft de 2009. Primera ronda. Número 23. Tres años y tres y millones y medio de dólares. El debut, ante Portland, fue un escándalo. Entró en el último cuarto y en 16 segundos ya había capturado dos rebotes antes de encadenar cuatro aciertos consecutivos de canasta. Un primer flash.

Es pronto. Demasiado pronto para disipar dudas. Pero Casspi ya ha hecho historia. Es el primer jugador israelí en jugar en la NBA. Y podría también llegar a ser el primero en desplazar al Maccabi de la corona de atenciones deportivas en la entusiasta Israel.

Es curioso si uno se formula la más lógica pregunta. Por qué tanto tiempo para ver a un hebreo debutar en la mejor liga del mundo.

Quien haya estudiado a fondo la historia del baloncesto en los Estados Unidos sabe de la crucial importancia de la comunidad judía en su prosperidad y desarrollo. Pero al mismo tiempo cabe recordar el proceso inverso. La importancia de lo norteamericano en el baloncesto judío.

Oportunamente remontamos el tiempo hasta situarnos en los recién iniciados años setenta.

En sentido diametralmente opuesto a la fractura del mundo entre las dos superpotencias enfrentadas (USA/URSS) y como ejemplo sobradamente revelador de cómo las relaciones políticas ejercían un influjo directo en la escena deportiva, asomaba entonces como un vértice de enorme significado el caso de Israel y su cada vez más estrecha relación con los Estados Unidos.

En el albor de aquella década revolucionaria la Administración Nixon incorporó a su ofensiva diplomática en el tablero mundial las graves dificultades que los ciudadanos judíos padecían para poder abandonar la Unión Soviética. En 1968 únicamente se había permitido emigrar del país a un total de 400 judíos. Con el objetivo de mejorar su imagen exterior el gobierno comunista moderó gradualmente esta situación y para 1973 la cifra anual de emigrantes judíos alcanzó los 35 mil. No obstante, el verano anterior el Kremlin decidió cobrar un impuesto de salida a estos emigrantes, conocidos como refuseniks, con el fin de que el Estado reembolsara el gasto por haber educado a los ciudadanos que decidían salir del país. Esta circunstancia no sólo detuvo la presumible sangría sino que en años posteriores la redujo casi a cero sin que se observaran cambios considerables hasta el ocaso de la URSS. Entre finales de los años ochenta y principios de los noventa más de 500 mil judíos abandonaron el país soviético. De aquel contingente humano, en torno a 350 mil se dirigieron a Israel y los restantes 150 mil lo hicieron con destino a los Estados Unidos. Irónicamente en 1976, con los refuseniks otra vez impedidos a emigrar, el baloncesto soviético había vuelto a otorgar el mando de su selección absoluta al judío Alexander Gomelsky.

Aquel gesto norteamericano favoreció aún más las ya de por sí amistosas relaciones con el estado de Israel y favoreció en adelante el flujo de jugadores estadounidenses hacia la nación hebrea. Para finales de los años setenta varios de aquellos fraternales visitantes habían obtenido la nacionalidad israelí y pasado a integrar la mejor selección de baloncesto que Israel había conocido en su corta historia. Casos como los de Tal Brody, Barry Leibowitz, Steve Kaplan, Lou Silver o el seleccionador Ralph Klein refrendan una implicación para la que resultaba difícil encontrar parangón. De ese formidable grupo tan sólo Tal Brody estaría ausente de la medalla de plata obtenida por Israel en el Europeo de Turín de 1979.

Aquella relación cada vez más estrecha entre Estados Unidos e Israel tendría su máximo exponente en el Maccabi de Tel Aviv. El equipo más poderoso y emblemático de la nación hebrea se había proclamado campeón de Europa en 1977 con una plantilla en la que el número de miembros de origen americano (Aulcie Perry, Eric Minkin, Bob Griffin, Jim Boatwright, Tal Brody, Lou Silver y el entrenador Ralph Klein) era incluso superior al número de los nacidos en Israel (Motti Aroesti, Yehoshua Schwartz y Miki Berkowitz). Con una proporcion algo más moderada el Maccabi repetiría corona europea cuatro años después, en 1981, bajo la dirección de un técnico también americano, el neoyorquino Rudy D'Amico.

A raíz del fichaje el verano de 1976 del pívot Aulcie Perry merced a la presencia del director deportivo del equipo macabeo, Shmuel Maharovsky, en el campus de verano de los Knicks, y tras convertirse el propio Perry en uno de los jugadores mejor pagados del circuito europeo, el Maccabi se convertirá en adelante en uno de los destinos más apetecibles para el mercado europeo de jugadores americanos. Junto a estadounidenses nacionalizados como Brody o Silver, protagonistas de las gestas israelíes en la escena continental, Perry encabezó la apertura de una vía deportiva entre ambos países que redujo considerablemente aquellos prejuicios que identificaban a Israel con un permanente y peligroso escenario de guerra.

No menos cierto era que la transacción de jugadores parecía moverse en una única dirección. El nivel del baloncesto israelí, como ocurría en Grecia, aumentaba aprisa debido principalmente a las adquisiciones procedentes de los Estados Unidos. Pero aquel crecimiento general no corría paralelo al que podían experimentar los jugadores nacidos y crecidos en Israel. Tan sólo hubo una excepción, la de una figura natural de Kfar Saba de enorme personalidad que respondía al nombre de Mickey Berkowitz.

Como suele ocurrir con los condenados al éxito la precocidad fue su primera condición. La tutela deportiva del Maccabi le amparó desde los 11 años. A los 15 pasaba a formar parte del equipo junior y a los 17 debutaba con el senior. El verano de 1972 se convertía con 19 puntos en el hombre clave de la histórica victoria israelí (70-63) sobre la escuadra soviética en la fase previa del Europeo junior de Zadar. En los siguientes catorce años Berkowitz será un fijo en la selección hebrea, su líder natural. Nada extraño para quien no tardaría mucho en convertirse en el mejor jugador del mejor equipo de Israel. El Maccabi se alzaría con sendas Copas de Europa en 1977 y 1981. Berkowitz resultaría decisivo en ambas y crucial con la última canasta del segundo título.

Berkowitz fue el primer jugador israelí en materializar un sentido inverso en aquella vía abierta con Norteamérica. En 1975 ingresaba en la Universidad de Nevada-Las Vegas donde jugará un año con los Rebels -un grueso apenas testimonial de once partidos- antes de que la directiva macabea solicite su regreso por motivos obvios. No sería la única ocasión. Cuatro años después el peso de Berkowitz en el equipo de Tel Aviv y la selección de Israel era ya tan grande que difícilmente se le concebía un futuro lejos del baloncesto hebreo. En pocos años se había convertido en un emblema en el seno de una nación que concede un enorme valor a sus símbolos. El verano de 1979 Israel conquistaba su mayor gloria deportiva en la plata del Europeo de Turín. Berkowitz (33 puntos a España, 26 a Checoslovaquia) terminó siendo considerado el mejor jugador del torneo.


Tal Brody y Mickey Berkowitz

Inteligente y rápido, en torno al 1.92 y diestro en las tres primeras posiciones del juego, de creciente fuerza debido a su permanente obsesión por la forma física, gran defensor, tan hábil en el juego estático como en el contraataque, con muy buen lanzamiento y un sensacional manejo del tempo de juego, Berkowitz representaba en sí mismo lo mejor de la fina evolución del baloncesto llamado europeo. Un valor específico al que añadía un cierto bagaje propiamente americano aun a pesar de su corta estancia allí.

Una de sus cualidades más descollantes era el dominio de situaciones de juego que presumiblemente atemorizaban a muchos otros jugadores. Ese valor eterno de las grandes estrellas que sugiere la idea de crecerse ante situaciones adversas.

En septiembre de 1978 los vigentes campeones de la NBA, Washington Bullets, aterrizaban en Tel Aviv para disputar un partido de exhibición ante el Maccabi. Lo que otras naciones ni habían soñado con presenciar lo disfrutó Israel con una facilidad únicamente entendible a través del sólido vínculo político antedicho entre ambos países aliados. El equipo israelí se acabó imponiendo sorprendentemente (98-97) a los Bullets con 26 puntos de Berkowitz, cinco de los cuales tuvieron lugar en los instantes cruciales de partido para tomar una ventaja (96-91) que a la postre fue definitiva. La historia ocultó durante muchos años aquel partido así como una segunda cita, acaecida dos años después cuando un combinado NBA que incluía a jugadores del calibre de Julius Erving, Moses Malone y Micheal Ray Richardson volvió a morder el polvo (114-112) en Tel Aviv otra vez ante el Maccabi. El concurso de Berkowitz en aquel encuentro volvió a resultar tan decisivo que a pesar de disputar únicamente la segunda mitad terminó anotando 20 puntos. Era como si Berkowitz no sólo no tuviera el menor problema ante los profesionales americanos, sino que incluso gustara de incrementar su valor frente a ellos.

A pesar de los años de oscuridad ambas citas han pasado a la historia como las primeras derrotas de equipos NBA en territorio FIBA. En un formidable trabajo de investigación publicado en 2002 bajo el insuperable título Expedientes X, Javier Gancedo arrojaba luz sobre estos y otros episodios futuros que no sólo ponían fecha a desenlaces sin precedentes, sino que radiografiaban aquella progresión geométrica del baloncesto de vanguardia fuera de los Estados Unidos. Un baloncesto de valores y estructuras que aproximaban a equipos y jugadores en infinito mayor grado que la peregrina condición amateur que postulaba la FIBA. Nadie lo expresó mejor que el técnico de los Bullets, Dick Motta, tras la derrota del 78. "El Maccabi mereció ganar porque jugaron mejor que nosotros. No jugamos contra amateurs, sino contra profesionales como nosotros".

En sentido contrario pero dentro de semejante relación deportiva vale recordar otras dos citas en aquella segunda mitad de los setenta. En junio de 1976, días antes de iniciarse el preolímpico de Hamilton (Ontario) con vista a los Juegos de Montreal, la selección de Israel jugaba un amistoso ante la potente selección norteamericana en el Cole Field de Maryland. Los hebreos fueron un auténtico sparring ante los americanos y la paliza (123-69) se fraguó con un espectacular 54 de 66 tiros de campo para los hombres de Dean Smith. La escuadra hebrea contaba con hasta tres nacionalizados: Tal Brody, Steve Kaplan y Ya'akov Eisner (anteriormente Jack Aizner). En el equipo israelí tan sólo el base Avigdor Moskowitz anotó más puntos (16) que Berkowitz (12), a quien correspondió la difícil papeleta de marcar a un Adrian Dantley que también se quedó en la docena.

Tres años después el Maccabi seguía estrechando relaciones norteamericanas. Pero por aquel entonces nadie lo haría en mayor grado que el propio Berkowitz. En la primera semana de julio se erigía como el máximo anotador (20 puntos) en un partido de exhibición que un combinado NBA disputaba en Tel Aviv con cómoda victoria americana (108-79) en la que destacaron Steve Mix (16) y Randy Smith (14). En las siguientes semanas el vínculo estadounidense de la estrella israelí se estrechó como nunca.

Para finales de mes Berkowitz se encontraba en Atlanta. El motivo no era otro que probar con los Hawks en su campus de verano. Su técnico, Hubie Brown, había estado presente en Turín durante el Europeo y gustó lo suficiente de las cualidades del israelí como para concederle una invitación. Cortesía que Berkowitz aceptó encantado.

El programa previsto era intensivo. Cinco sesiones de entrenamiento en tres días para un total de 26 jugadores entre novatos y agentes libres. El propio Brown reconocía que era un tiempo más que suficiente para que el ojo clínico de un entrenador supiera separar el grano de la paja. No tan expresa era la realidad, ya que la plantilla definitiva abriría a lo sumo dos plazas. Y cualquier operación correspondía al técnico de manera unilateral. El nuevo mánager general, Lewis Schaffel, procedente de New Orleans, acababa de aterrizar en su nuevo empleo hacía escasamente dos semanas, por lo que Hubie Brown quedaba al mando de toda nueva contratación.

Terminadas las pruebas era innegable que Berkowitz contaba con virtudes que ratificaban la invitación. Su seriedad, buen hacer defensivo y una manifiesta aversión a cometer errores, si bien no sirvieron inicialmente para recibir una oferta en firme sí al menos para que Brown no lo eliminara de su libreta de opciones. Y algo así suponía su traslado a otros campus NBA; su continuidad por unas semanas en el circuito de verano de la liga profesional. Así a mediados de agosto el hebreo viajó a Nueva York con una agenda de citas muy concreta.

Primeramente fue invitado a disputar un partido entre profesionales, la edición número 21 del Maurice Stokes Charity Game, celebrado en Monticello, y que dio con la victoria del Blue Team sobre el Yellow Team por 109 a 106. Red Holzman, técnico de los Knicks, dirigía a los azules, liderados por Bob McAdoo y Ray Williams. A los amarillos, otro veterano de los banquillos como Red Auerbach. Berkowitz formó parte de estos últimos junto a Cedric Maxwell, el prometedor novato de Duke Jim Spanarkel y M.L. Carr, un alero fuerte que estaba a punto de firmar por los Celtics y que curiosamente había jugado en la temporada de 1975 en la liga israelí con los Sabers. Berkowitz no desentonó. Anotó cuatro puntos en un partido disputado hasta el último segundo. Un encuentro cuyo carácter amistoso no contravenía la normativa FIBA y por ello preservaba intacta la condición amateur del invitado extranjero.

Dos días después Berkowitz formaba parte del campus de verano de New Jersey Nets dirigido por su técnico Kevin Loughery y su director deportivo, Charlie Theokas. Durante el fin de semana entre el 16 y 18 de agosto el pabellón Montclair State College fue testigo de la dura pugna de 26 jugadores por ganarse un hueco en la plantilla. Berkowitz era el único extranjero de los presentes en un campus cuyo coste, en torno a los 12 mil dólares, había sido financiado por los dos nuevos propietarios de la franquicia, Joe Taub y Alan Cohen. Incluso el director deportivo de los Knicks, Eddie Donovan, tuvo acceso en la jornada del viernes a las evoluciones de Berkowitz y el resto de novatos y agentes libres.

El campus finalizó sin mayores sorpresas para el hebreo. No al menos procedentes de los Nets. Sí en cambio del equipo por el que había probado en primera instancia. Los Hawks volvieron a contactar con Berkowitz ofreciéndole la posibilidad de quedarse y disputar con ellos la pretemporada. Una operación que podía suponer un principio de acuerdo para firmar un contrato.

El reclamo de Atlanta se había mantenido sospechosamente en secreto. El 30 de julio Hubie Brown había comunicado a la prensa que de los 26 jugadores del campus un total de 13 pasaría a ingresar en septiembre al campus de veteranos de pretemporada. Brown incluso daba la lista de los elegidos. James Bradley, Larry Wilson y Don Marsh -sus tres primeras elecciones de draft- además de Dedrick Reffigee, T.J. Robinson, Keith Herron, Ricky Brown, Sam Pellman -el único pívot puro- y los exteriores Phil Walker, Art Collins, Kevin Woods y Tim Claxton. Una lista de doce y no trece como había anunciado.

Faltaba uno. Y no era otro que Mickey Berkowitz.

Era evidente que había un problema. Berkowitz tenía contrato en vigor con el Maccabi y sus dirigentes no estaban por la labor de perder no sólo a su principal jugador sino al líder natural de la selección hebrea cuya afición le refería como Rey de Israel. Un emblema del país convertido en el primer extranjero en ingresar en la NBA podía ser un motivo de orgullo nacional. Pero el precio a pagar tal vez era demasiado alto. Prueba de ello fue que desde el primer momento en que el equipo macabeo supo de la aventura americana de Berkowitz, hizo llegar a las oficinas de la NBA en Nueva York una notificación que informaba del contrato vigente que vinculaba al jugador con el club de Tel Aviv.

La NBA obró en consecuencia y para finales de julio, mientras Berkowitz estaba probando con el equipo de Atlanta, hizo llegar a todas las franquicias el aviso de aquella información remitida. Las intenciones de Hubie Brown de quedarse con Berkowitz eran del todo plausibles. Con una oferta en firme tal vez todo se redujera a entablar una negociación con el Maccabi. Pero no hubo ocasión. La negativa del club israelí partía como un presupuesto inamovible bajo la velada amenaza de acudir a los tribunales. Una circunstancia que inhibió en Berkowitz todo ánimo de emprender una escapada por su cuenta y riesgo. Se añadía además que su presencia en el campus de pretemporada tampoco era garantía de un contrato en firme. Y ello a pesar de que Brown buscaba efectivamente reforzar el backcourt del equipo. No en vano Atlanta firmaría a finales de agosto a Andre McCarter, que ni siquiera llegó a debutar con el equipo, y más tarde a Ron Lee vía traspaso con los Jazz.

Todo quedó en nada. Berkowitz regresó a Israel. Y lo hizo con la doble satisfacción de saberse valorado incluso por un equipo NBA al tiempo que ratificaba su condición de héroe por haber elegido seguir debiéndose a su club y selección.

En Tel Aviv respiraron tranquilos.

Pero de aquella tranquilidad acabaron hartos.

Pocos imaginaban que en los siguientes treinta años, cuando la NBA había acogido a más de sesenta nacionalidades distintas, Berkowitz mantendría su espectral condición de pionero. Habría que esperar hasta 1999 para que otro jugador israelí estuviera muy cerca de ingresar en la NBA. Unos años atrás Nadav Hanefeld y Doron Sheffer, jugadores en distintos periodos de la Universidad de Connecticut, tampoco lo consiguieron. El también macabeo Oded Katash lo tuvo todo a su favor para convertirse en jugador de los Knicks. Todo salvo la huelga de la propia competición que impidió que aquella operación llegara a buen término. Lior Eliyahu y Yotam Halperin fueron los siguientes en 2006. Pero a su doble elección en aquel draft no sucedió la garantía de un contrato. Tres años después Omri Casspi es el elegido del pueblo elegido.

Y en éstas que Israel, uno de esos extraños países con el baloncesto por bandera, estalla de júbilo.

Un júbilo que irónicamente se ha teñido estos días de luto.


Paseando por Nova York...

Unha viaxe a vista de paxaro por Nova York... desde Central Park ate o Empire State Building... nun só click...

domingo, 18 de octubre de 2009

As barras negras...

Malas novas, a barra negra censora chegou ate Ucraína. Ritmo eurovisivo + barra negra censora + cat walking = Nikita



Nikita - Bepebkn
Inspiración? Quédome con París...

Os tristes...


Por Suso de Toro


É un día magnífico. Teñamos dificultades ou nos vaian as cousas ben o sol loce cunha medida de calor xusta, todo brilla e é un día fermoso. E debo sentarme aquí a escribir de cousas tristes, non porque non haxa problemas senón por causa de quen nos traen tristeza sen darnos nada a cambio. Este domingo camiñarán persoas polas rúas de Santiago porque hai quen goza creando problemas e traéndonos tristeza. Unha cousa é ser serio e outra ser alma triste, as persoas de alma triste non deberian gobernar nunca ningún país, tampouco Galicia. Hai explicacións para a política de Núñez Feijóo de desmantelamento da lexislación que protexe á lingua galega, desde explicacións psicolóxicas, autoodio, a cálculos para obter beneficios persoais e partidistas. é unha política moi racional para conseguir os dous obxectivos que se pretenden: o principal, dividir á sociedade galega, e o secundario actuar con decisión para acabar co galego como lingua realmente existente entre nós. Probablemente calcularon que bastalles unha xeración máis para que o galego desapareza sen volta atrás: en dúas lexislaturas, oito anos mantendo a presión, deixaría de escoitarse o galego ao noso ao redor e só se mantería como unha lingua ritual en cerimonias.


É triste esa intención. Un acaba traballando de calquera cousa pero cando se lle pregunta que quere ser de maior case ningún neno responde, "verdugo". (Nin sequera a profesión de enterrador ou incinerador, que non nos falten, ten moitas vocacións). Que estraña atracción pola soga e a tesoira. E polas labazadas, labazadas ao neno e a nena que agora son homes e mulleres. A muller das labazadas chama ao programa dunha emisora de radio coruñesa na que volven discutir, outra vez, se A Coruña se debe chamar outra vez oficialmente A Coruña. É unha voz alterada e chea de pathos, non se pode discutir con ela. Está chea de rabia e non negocia, trátase da súa vida e a súa vida non é negociable, como todo o mundo necesita que a súa vida teña sentido por iso grita que a ela lle quitaron o galego a labazadas" e que está moi ben. E non se lle pode discutir porque fala da súa ferida e a súa ferida e a súa rabia son súas. "Teño 73 anos e levo toda a vida vivindo na Coruña. Pois mira, cando eu era nena, falaba en galego, como todos os do barrio, pero cando fuí á escola, sacáronmo a base de castigos e sopapos. Pero claro, agora que falamos castelán, pois á Coruña chamámoslle así, La Coruña, en castelán; e se lle chamamos así, por que nos queren meter agora A Coruña?, pois porque nos queren meter o galego..." Esa dor e humillación e a de tantas xeracións de nenos e nenas alimenta agora de novo a caldeira da máquina de sumar votos nesa cidade e en toda Galicia.


Xeracións de galegos foron tratados como cans, como ao can castigóuselles para que aprendesen os trucos que quería o amo e aprenderon a facer as grazas que se lles mandou. Eses somos nós, nós, a muller das labazadas é a nai de todos os galegos e galegas. Só cabe dicirlle: "Non te preocupes, non che farán máis dano, descansa. E podes falar o que queiras, o que che pete. Non consentiremos que che dean máis labazadas, nin a ti nin aos teus netos. Descansa". Desa vella e triste rabia afogada no peito aliméntanse esta nova xeración dos da tesoira, confían na nosa vergoña. Confiados en que seguiriamos cargando a vella vergoña de ser quen somos, utilizaron a escola e aos nosos fillos para que trouxesen a casa a máis triste papeleta. Os nosos fillos carteiros do seu matonismo, preguntándonos de novo se queremos que os nosos fillos sexan galegos así ou asá. A utilización dos nenos foi a suprema frivolidade, a irresponsabilidade sen límites.


Con que xogan? Xogan con todo, coa convivencia, cos nenos...? Non hai límites? Mentres, na vella Casa Branca un novo presidente negro xoga na herba co seu can, chámase Bo. O seu nome é galego, vén do latín "bonum", e chegoulle desde Brasil. O mesmo Brasil onde os brasileiros falan con orgullo a mesma lingua que aquí pretenden que nos avergoñe. Pois non, non nos avergoña ser o berce desa gran lingua dos xogos olímpicos de 2016, e non van conseguir humillarnos para que nos avergoñemos. Se non lles gusta ser galegos, váianse coa súa tristura.




viernes, 16 de octubre de 2009

Deica sempre Andrés Montes...


Hilo de seda Houston...
Melodía de seducción Spreewell...
Club de ni fú ni fá...
Y se dejaba llevar,
JUGÓN!!!!!!!!
Adivina quien viene esta noche! (en referencia a un xogador da NBA)
multiusos garbajosa
¿Por que todos los jugones sonrien igual Daimiel?
(aos entendidos de basquet, lembrades un pivot baixo que tiña San Antonio cando Robinson e Duncan ao que chamaba "ganaras el pan con el sudor de tu frente"?
Moita xente o coñece da NBA no Plus. Pero as súas retransmisións de basquet en radio eran antolóxicas e memorables- Mark "ametralladora" Simpson, el rascacielos mas alto de la ciudad (Sabonis) san martin de porras (Ricky Brown).
"terciopelo maning"
e.t.,tim siglo XXI duncan, espartaco Reyes, raza blanca tirador, porque eres tan bueno mcgrady?pincho de merluza,
bilmaaaaa abreme la puerta,
ratatata!!!
chocolate blanco Williamsss!!!
O lala - Parker
de repente un extraño (Rafa Vecina)
pedro picapiedra (Pedro Rodriguez)
microondas (Winnie Jonhson)
bailarin de cacle (Olajuwon)
es muuy facil si lo intentas!! (Michael Jordan)
el almirante (David Robinson)
el pulcro el aseado (Howard Asley)
Mr. Catering (Calderon)
club Geppeto brothers
El Decreto nº 32 de la Ley de O'Neal: hago lo que quiero, como quiero y cuando quiero.
Y Rudy sacó su fusil!!!!!
Tiempo de Miller, tiempo de un "killer
Por que todos los jugones sonrien igual?
Bienvenidos al vuelo número 23 de aerolineas Jordan!"
"Bip, bip, bip, la informática a su servicio"
"cocodrilo dundee"
fontaneria, carpinteria 24h ron harper
riky business!!!
la vida puede ser maravillosa!!
.
Deica sempre Andrés Montes

PD.- E para máis... o seu particular e irrepetíbel Dicionario:
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z


Andrés Montes, molde roto...


Por Vicente Salaner

16 de octubre.- Hacía muchos años, muchos, que no veía personalmente a Andrés Montes, desde que los dos éramos reporteros mucho más jóvenes –él, sobre todo- pero naturalmente seguí su trayectoria desde que Alfredo Relaño, entonces director de deportes de Canal Plus, tuviese la feliz idea de reinventarse al menudo periodista deportivo, con su cabeza rapada y su tez morena, como comentarista 'showtime' de la NBA, cuyos derechos había adquirido entonces (1996) el canal de pago. Desde mis columnas de El Mundo y de la Revista NBA he alabado y he criticado a veces su labor de comunicación del baloncesto profesional. Sé que una discrepancia menor, que expresé por escrito, le sentó fatal...

En resumen: ni hemos estado próximos ni siempre estuvimos de acuerdo. Hoy, lo que son las cosas, al saltar la noticia brutal e inesperada de su muerte, me han venido las lágrimas a los ojos. He sentido una pérdida personal, profesional y deportiva como hace un rato, antes de conocer este terrible desenlace, no hubiese podido imaginármela.

La NBA es lo que es en España por la impronta que le han dado dos comentaristas televisivos originales, irrepetibles y, desde luego, polémicos: Ramón Trecet primero, y luego Andrés Montes. Ellos entendieron y transmitieron el carácter espectacular, teatral incluso, circense a menudo, de un deporte que en la NBA se transforma en otra cosa bien diferente de lo que el baloncesto es en Europa.

No, Montes no era el comentarista ideal: técnicamente explicaba poco, se equivocaba con frecuencia, seguía aproximativamente la jugada. Pero con su verbo pintoresco, sus referencias a la cultura actual –la música sobre todo, que él conocía a fondo-, sus invectivas a los compañeros, los motes abracadabrantes que ponía a los jugadores de baloncesto, y luego de fútbol en La Sexta, se hicieron famosos y eran repetidos en la calle. El balance final, incluso para los que ansiábamos más tecnicismo, más precisión, era positivo porque el exuberante Montes hacía simpático y atractivo el deporte.

Hace unas semanas se despidió de La Sexta al borde de una cancha de baloncesto. Al cabo de tres temporadas, le echaban: en fútbol, deporte de masas, sus excentricidades acababan siendo más negativas que positivas, en opinión de los rectores de la cadena. Lanzó por última vez su "¡la vida puede ser maravillosa!". Sólo lo ha sido durante un mes más.

jueves, 15 de octubre de 2009

Ramiro Fonte...


O vindeiro sábado, 17 de outubro, ás 12:00 da mañá, no Auditorio do Museo do Mar de Galicia, en Vigo, homenaxe a Ramiro Fonte, con motivo do primeiro ano do seu pasamento. No acto presentaranse tres libros, as edicións dos seus poemarios derradeiros, "Reversos" e "Xardín do pasatempo", e "Ramiro Fonte, o libro dos amigos", unha obra colectiva na que réndese tributo á memoria humana e literaria de Ramiro. Entrada Libre

domingo, 11 de octubre de 2009

Subir unha escaleira...

Como conseguir que a xente utilice as escaleiras tradicionais no canto da mecánica? A solución é moi sinxela, facer que sexa máis divertido...

Carod-Rovira fala claro...


" Israel e nós "
Por Josep-Lluis Carod-Rovira
AVIU - 07.10.09.


A Israel pásalle, no mundo, algo semellantemente a aquilo que, en España, ocórrelle a Catalunya. Todo é escoitar ou ver as palabras-faísca (Israel, xudeus, Catalunya, cataláns) e ao momento préndese o lume da prevención, da sospeita ou da criminalización inmediata. A súa simple mención ten a virtude de provocar reaccións irracionais de rexeitamento, alerta ou culpabilización, de pór en garda todo o mundo, polo si ou polo non... En ausencia de xudeus na paisaxe española, os cataláns fixeron a función ("os xudeus de España", dicía Pio Baroja), converténdose en xudeus sobrevindos, aos cales se aplican todos os reproches, tópicos e prexuízos do antisemitismo, quitado de matar a Cristo, cando menos até agora: xente avariciosa, interesada só polo diñeiro, etc...

***

Moitos medos e inseguridades da uniformidade identitaria máis rancia en relación co outro, cara a aquilo que é diferente, canalizáronse, en España, contra xudeus e cataláns, facendo a miúdo unha soa cousa. O mesmo Quevedo era quen de escribir, case á vez, un libelo antixudeu e outro de anticatalá, quizais un con cada man. Todo o rexeitamento do conservadurismo máis enfrentado de cabeza ao progreso, á modernidade, aos cambios, tivo tamén os mesmos destinatarios: industria, cultura, cidade, ciencia, palabras craves tamén do catalanismo, recibiron por todas partes.

***
Tras a barbarie da Shoáh, do Holocausto, a esquerda europea e os sectores máis ilustrados e liberais eran claramente proisraelis, seguramente pola mala conciencia e a vergoña de todo o que Europa permitira ao nazismo e tamén pola hexemonía socialista no movemento sionista de entón. Tamén, á saída da ditadura, a esquerda, e unha parte da sociedade españolas do momento, tiñan respecto e unha certa admiración por Catalunya. Pero unha actitude e a outra hai xa tempo que cambiaron de signo. Onte e hoxe, en España, xudeofobia e catalanofobia van do brazo. Máis aló da pegada xudía na nosa historia nacional, o catalanismo sempre se sentiu atraído pola historia do pobo xudeu: a conciencia e complicidade de grupo, a tenacidade para transmitir a identidade aos descendentes, en calquera lugar do mundo e en contextos moi difíciles e dramáticos, a fascinación pola construción do propio Estado nacional con xente chegada de todas partes, etc.

***

Non é estraño, pois, que, o 1929, Rovira e Virgili se referíse ao "pútrido e fétido antisemitismo (que) aínda está vivo"; que, ao nacer "Edicións 62", en pleno franquismo, se o seu primeiro libro editado era "Nós os valencianos", de Joan Fuster, o segundo título impreso foi "O Estado de Israel". Nin tampouco que, o 1992, na conmemoración do cincocentos aniversario da expulsión dos xudeus de Sefarad, o Parlament de Catalunya fose o único, dos dezanove existentes a todo o Estado, onde se presentou, e foi aprobado por total unanimidade, unha resolución de condena daquel feito, resolución que eu mesmo tiven a honra de redactar.

***

O antisemitismo de onte, a xudeofobia de hoxe, teñen, de feito, raíces relixiosas, onte instaladas no integrismo católico, hoxe tamén no integrismo islámico. Por isto sorprende, e só se entende como resultado da desinformación e a simplicidade con que se adoptan certas actitudes, que, ademais da ultradereita, sexan, xustamente, certas esquerdas, as abandeiradas do anti-Israel. Non quedaramos en que a laicidade era un valor de civilización? Como non parece que certas posicións se puxesen baixo a advocación do Vaticano nin tampouco da Meca, as razóns deben buscarse noutro lugar: o factor palestino, como pretexto por expresar, tamén, un antiamericanismo primario e visceral, nun momento de desorientación ideolóxica.

***

Lamentabelmente, España é o Estado máis antisemita de Europa, pero Barcelona xa apareceu en dúas ocasions, en pouco tempo, no mesmo mapa. Sempre defendín e defendo o dereito do pobo palestino á construción do seu propio Estado nacional independente e que Israel debe retirarse de Cisxordania. Pero tamén defendín e defendo o dereito á existencia do Estado de Israel e o seu dereito a defenderse dos ataques terroristas. Hamás, con quen agora se entrevistan algúns grupos políticos españois, sen que ninguén o cuestione, como a cousa máis normal do mundo, a pesar de estar considerado como organización terrorista pola Unión Europea e Estados Unidos, é, precisamente, un dos obstáculos máis grandes para a creación do Estado palestino. Pero isto non converte a todos os palestinos en terroristas. Como tampouco que a máxima autoridade islámica de Xerusalén aproveitase a radio berlinesa, na Alemaña de Hitler, para facer chamamentos reiterados a matar aos xudeus.

***

Nin todos os xudeus son malos, nin todos os palestinos son bos, e ao revés. Nin todos os cidadáns de Israel pensan o mesmo do seu goberno, nin todos os musulmáns poden ser sospeitosos de nada polo feito de ter esta relixión. Os problemas só serán resoltos pola vía política, non polas armas e o terrorismo. A coexistencia pacífica dos dous pobos só chegará polo acordo e a negociación, non polos atentados de suicidas ou polo derribo das casas destes. Por isto, certas actitudes e compañías non benefician nada a solución do conflito e, menos aínda, ao dereito lexítimo dos palestinos a ser Estado.

***

Non deixa de ser sospeitoso ademais, que os únicos musulmáns obxecto de simpatía política sexan, precisamente, aqueles que teñen un conflito aberto en Israel. Onde están as voces da esquerda europea en Chechenia, ante Darfur, ante o Sahara e, ao seu momento, en Bosnia, musulmáns todos eles? Aínda lembro aquel esotérico "bombardean Serbia porque son de esquerdas", en boca dun político de "esquerdas". Non ten sentido, pois, castigar e criminalizar a todo un pobo e un país, polo simple feito de ser o pobo que é e o país que é. E, moito menos aínda, facelo desde Catalunya.


Aviu, 7 de Setembro de 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

Vós diredes...


A desvergonza chámase SICAV: 8.000 millóns de euros de beneficios, só 56 de impostos...

Los millonarios españoles han gozado de ventajas fiscales desde 1985, cuando Felipe González diseñó este vehículo de inversión para evitar la fuga de dinero. La tributación de los ricos, los de verdad, y no las rentas altas con las que se confunde el ministro de Fomento, José Blanco, siempre ha gozado de cierta laxitud fiscal. Y los partidos políticos han colaborado. En los últimos cinco años, las 3.369 Sociedades de Inversión Mobiliaria de Capital Variable (Sicav), que gozan hasta ahora de una ventajosa tributación del 1%, pagaron 56,6 millones de euros por el Impuesto de Sociedades después de haber obtenido 8.068,6 millones de beneficios y de acumular un patrimonio medio por encima de los 26.000 millones. Sólo en 2008, en plena crisis, obtuvieron unas ganancias de 190 millones (datos del tercer trimestre), por los que pagaron 1,7 millones. Mientras tanto, también en este año, las rentas de trabajo, que aglutinan el 80% del IRPF y que soportan un tipo de hasta el 43%, aportaron a las arcas públicas 71.341 millones. Las sociedades, por su parte, con una tributación entre el 25% y el 30%, abonaron 27.301 millones, mientras que los impuestos sobre el consumo -IVA y especiales- alcanzaron los 67.591 millones.

Las Sicav fueron un invento del primer Gobierno de Felipe González (la primera, Consulbic, data de 1985 y sigue domiciliada en Bilbao). Su autor fue el ministro de Economía y Hacienda de entonces, Miguel Boyer, con la pretensión de que los ricos contribuyeran a las arcas públicas al menos con alguna aportación, por exigua que fuera, ante la posibilidad de que buscaran otros refugios en el exterior. Es decir, lo mismo que dijo hace unas semanas la vicepresidenta económica, Elena Salgado. De Boyer fue también la idea de crear unos pagarés opacos al portador (se les llamó afros) para que las clases más acomodadas, y ante la necesidad del Estado de mayores ingresos, pudieran blanquear con toda impunidad. Después, fue Solchaga quien regularizó este dinero negro en 1992 con otra amnistía fiscal a cambio de un leve peaje económico. El PP quiso reformar la tributación de las Sicav en 2003. Pretendió establecer un tributo del 35% (el de Sociedades) para las compañías en las que un mismo accionista concentrara un 25% del capital (en aquel momento sucedía en 2.500 de las 3.000 Sicav existentes). Pero dio marcha atrás. En 2004, después de que Hacienda incluyera a estas sociedades por primera vez en 20 años en un plan contra el fraude, los inspectores fiscales levantaron más de 200 actas, por un valor de casi 70 millones de euros. Entonces, los grupos políticos arbitraron una amnistía fiscal y quitaron las competencia a Hacienda. La inspección de Hacienda descubrió que la mayoría de las Sicav no cumplía los requisitos para ser considerada sociedad colectiva, en especial el de tener al menos 100 socios, y de esta forma tributar al 1%. En muchos casos, un accionista controlaba la sociedad y aparecían 99 mariachis (testaferros) que eran empleados de la gestora. Sin embargo, el PP, PSOE y CiU se pusieron de acuerdo y aprovecharon la primera Ley que se tramitaba en el Congreso, relativa a Reformas Fiscales para Incentivar la Productividad, y le quitaron las competencias a la inspección de Hacienda para dárselas a la CNMV.

Muchas de las Sicav implicadas, que inicialmente habían firmado actas de acuerdo con Hacienda y que habían provisionado la deuda tributaria en sus balances, deshicieron esta posición cuando los principales partidos políticos se pusieron de acuerdo en que Hacienda no metiera las narices en las empresas de los ricos. Zapatero ya estaba en La Moncloa. Fue el primer pacto parlamentario entre el PSOE y el PP. Dos años después, el Tribunal Económico Administrativo Central del Estado consideró que esta modificación tenía efectos retroactivos. Y fue partícipe de otra nueva amnistía fiscal a las sociedades de las grandes fortunas. Las actas levantadas quedaron condonadas. Varias grandes fortunas tenían actas de Hacienda de varias de sus sociedades. A título individual, South Hill, de los Lladró, tenía por ejemplo una deuda tributaria de casi 4,8 millones.
Fuentes de la Agencia Tributaria reconocen que descubrieron casos «verdaderamente escandalosos» . Por ejemplo, el de una Sicav de Canarias en la que 45 de los 102 accionistas eran mariachis. Y de esos 45, al menos una treintena desconocían su presencia en la sociedad. Alguien había utilizado sus carnés de identidad, ya que desde 2000 (hasta entonces una sola persona podía crear su Sicav) bastaba (como sucede ahora) presentar un certificado con nombres y apellidos de personas ante la CNMV sin que éstas confirmen su presencia real. Después de este cambio normativo, la CNMV quedó de agente custodio para determinar si las sociedades de los ricos cumplen o no los requisitos de entidad de inversión colectiva y beneficiarse del 1% actual de tributación. Es decir, la inspección de Hacienda puede investigar al Rey, a cualquier empresa o ciudadano, pero no puede meter la nariz en estas sociedades si la CNMV no lo autoriza. Es como si Hacienda no pudiera realizar comprobaciones a las entidades financieras sin el consentimiento del Banco de España. Lo curioso es que desde 2004 la CNMV nunca ha detectado un incumplimiento de estos requisitos cuando aquella inspección sólo tardó unos meses. Al parecer, el órgano supervisor sitúa en una especie de limbo a las sociedades ya creadas que no cumplen las normas y les da un año de plazo para que se pongan al día. Hasta ahora no se conoce caso alguno de que este organismo haya suspendido a alguna Sicav de su condición de sociedad colectiva, si bien fuentes del regulador confirman que sí se han echado atrás solicitudes de creación de nuevas por no tener más de 100 accionistas. Además, sobre la identidad de los socios en este tipo de sociedades, ricos de verdad o mariachis, existe un cierto hermetismo. Por ejemplo, en el registro mercantil figuran los accionistas de las compañías anónimas o con responsabilidad limitada. Pero no existe información de las Sicav. Los datos sólo los tiene la CNMV, lejos del olfato de Hacienda.

Según los últimos datos públicos del supervisor, el número de accionistas que forman parte de alguna de las 3.347 sociedades registradas alcanzaba los 439.395 en 2008. Este dato refleja un aumento respecto al ejercicio precedente, aunque a un ritmo mucho menor debido, en parte, «a la disminución de la riqueza de los grandes patrimonios, que ha limitado el acceso a las Sicav», según explican en una entidad cotizada. Con el actual número de accionistas, la proporción sale a 131 socios por cada Sicav, por encima del límite establecido por la Ley. Aun así, hay grandes diferencias entre ellas. Por ejemplo, hay una sociedad con más de 5.000 accionistas, frente a las 2.650 que cuentan con entre 100 y 150 socios. La cuestión clave, no obstante, es si realmente todos ellos son inversores o sólo figurantes. En este club de elite, con un patrimonio de 25.000 millones, figuran los nombres de los consejeros de las principales empresas del país, sagas familiares, profesionales o deportistas de primera línea. Sólo las 25 mayores Sicav ganaron en 2007 de 308 millones. Así, entre estos afortunados se encuentran nombres tan conocidos como Esther Koplowitz, Amancio Ortega, Rafael Del Pino o Emilio Botín. Pero no sólo hay que buscar en el espectro financiero para encontrar protagonistas. También estas sociedades han sido el vehículo de muchos famosos que quieren invertir su patrimonio con un tratamiento fiscal ventajoso. Entre otros, los futbolistas Fernando Morientes e Iván de la Peña; el director de cine Pedro Almodovar; el arquitecto Ricardo Bofill, el productor Narciso Ibáñez Serrador, e incluso la Iglesia católica.
.
En realidad muchas de estas sociedades no están vetadas a ningún tipo de cliente, pero tienen que cumplir unos requisitos imprescindibles. La normativa vigente establece unos mínimos de inversión que en la mayoría de los casos resultan inaccesibles para un pequeño ahorrador. La inversión mínima exigida es de 2,4 millones de euros para aquéllas que están abiertas a todo el mundo. No obstante, de las más de 3.300 sociedades que hay actualmente, la mayoría son de carácter exclusivo, es decir, que no admiten la entrada de nuevos accionistas sin el beneplácito del creador, según explican desde un banco.


.
Gestión
.
También hay diferencias entre las formas de gestionar esas compañías. Algunos constituyen el vehículo como medio para mover sus participaciones mobiliarias (renta fija y renta variable, básicamente) a su gusto y criterio. Otros, sin embargo, dejan todas las decisiones de inversión en manos de la sociedad gestora. «Y eso puede ser muy peligroso», dice el encargado de tomar las decisiones de inversión de un conocido actor de televisión. La Sicav que él gestionaba (dicha sociedad se ha extinguido) llegó a tener un patrimonio de casi 8 millones de euros y unos beneficios en 2007 de 260.000 euros. Según su experiencia, el gestor debe intentar convencer en muchas ocasiones a su cliente de que lo que él le pide no es la mejor opción. Sobre todo si el cliente no tiene grandes conocimientos sobre mercados financieros e instrumentos de inversión.
«Cuando eso sucede», añade, «lo normal es que la gestora tenga poderes para tomar las decisiones que considere más apropiadas en cada momento, aunque teniendo en cuenta siempre el objetivo de rentabilidades que persigue dicha sociedad». En cualquier caso, según explican desde la industria de gestión de grandes patrimonios, estas sociedades han dejado de tener el atractivo que tenían a comienzos de la década de 2000. La supresión del impuesto de patrimonios y la liberalizació n de las Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) restaron parte del atractivo de estos vehículos que, no obstante, hasta ahora han seguido gozando de esa ventajosa tributación en el 1% en el Impuesto de Sociedades. Incluso los bancos han aprovechado estos vehículos para cautivar a su clientela, ya que los cambios de una entidad a otra en la administració n, depósito y gestión de una Sicav es muy costoso y engorroso para los propios accionistas. «Las Sicav a veces son un instrumento más ventajoso para el banco para fidelizar a un cliente que para el propio inversor», reconocen en una entidad. Por eso el boom de estas sociedades hoy ya no es lo que fue. «Estas empresas ya sólo tienen sentido si, además de tener un gran patrimonio, buscas una gestión muy activa y especulativa, intentando moverte en contra de la tendencia y sacándole partido a la capacidad de hacer y deshacer posiciones al instante», comenta una fuente del sector. «Si el cliente no busca esto, es mejor que se decante por una gestión de su patrimonio más tradicional», añade.
En los últimos meses, la industria ha vuelto paulatinamente a invertir en Bolsa después del varapalo de 2008, que hasta el tercer trimestre lastró un 88% el beneficio de estas sociedades, hasta los 189 millones de euros. De hecho, gran parte de las Sicav se han recuperado ya de las caídas y han vuelto a las rentabilidades positivas. Entre las más rentables destaca la de la familia Entrecanales (Acciona), Bestinver Bestvalue, que hasta junio obtuvo unas plusvalías del 26,10% gracias a su mayor exposición a la renta variable. En cualquier caso, los grandes patrimonios todavía siguen guardando la mayor parte de su dinero en renta fija y liquidez (depósitos). Será que no se fían de que el mercado ya se ha recuperado.

.
EL VEHÍCULO DE INVERSIÓN DE LOS RICOS Y FAMOSOS
.
AMANCIO ORTEGA
485 millones. El dueño de Inditex controla la terecera mayor Sicav de España, Keblar de Inversiones, con un patrimonio de 307,2 millones. Hasta junio, Keblar ha ganado un 5% tras reducir su exposición a activos de mayor riesgo, como la cartera de inversiones en España. También ha duplicado su posición en liquidez (depósitos, básicamente). Aun así, el patrimonio se ha reducido en más de 150 millones en dos años. Ortega tiene además otras dos Sicavs, Alazan y Gramela. Entre las tres suman 485 millones.
ROSALÍA MERA
455 millones. La ex mujer de Amancio Ortega y fundadora del imperio textil es otra de las grandes fortunas españolas que canaliza parte de su patrimonio a través de estas sociedades. Soandres de Activos gestiona actualmente 285 millones, mientras que Breixo Inversiones tiene un patrimonio de 169 millones. Gestionada por JP Morgan, Soandres obtuvo una rentabilidad del 5,36% en el primer semestre con la mayoría de sus inversiones distribuidas en fondos de inversión.
JOSÉ M. ENTRECANALES
9,5 millones netos. Las siete Sicav de la familia Entrecanales se han fusionado en una sola, gestionada por Bestinver, la agencia de inversión propiedad de Acciona. La Sicav se llama Bestinver Bestvalue y tiene un patrimonio de 117,2 millones de euros. Puede presumir de ser una de las más rentables en 2009, con unas plusvalías acumuladas del 26,10%. En los últimos dos años, la Sicav de esta familia madrileña ha multiplicado por cinco su patrimonio gracias a las nuevas aportaciones.
RAFAEL DEL PINO
492 millones. La familia Del Pino, máximo accionista de la constructora Ferrovial, es otra de las megafortunas españolas que cuenta con varias Sicavs. Allocation es la segunda más grande registrada en la CNMV, con un patrimonio de 361,7 millones de euros. En 2007 obtuvo un beneficio bruto de 11,7 millones de euros. Por su parte, Keeper Inversiones gestiona 131 millones de euros y en lo que va de año ha obtenido una rentabilidad del 9%.
ANTONIO M. ROUCO VARELA
6,9 millones. La conferencia episcopal utiliza las Sicav para gestionar parte de su patrimonio. Umasges era hasta hace poco la sociedad más grande de las tres que tiene la Iglesia, con un patrimonio superior a los 6 millones de euros antes de su liquidación. Actualmente existen otras dos sociedades vinculadas a la Iglesia: Vayomer, participada por el Arzobispado de Astorga y con un patrimonio de 6,9 millones, y B.I. Gran Premiere, del Arzobispado de Oviedo y (1,3 millones).
PEDRO ALMODÓVAR
4,5 millones. Gestionada por Fortis, Oyster es la Sicav de Pedro Almodóvar, que cuenta actualmente con un patrimonio de 4,5 millones de euros. Según la composición de la cartera de esta sociedad, se puede concluir que el director es un inversor poco arriesgado. El 25% de sus inversiones están refugiadas en activos de renta fija, mientras que la renta variable sólo ocupa un 1%. Además de invertir en España, destaca la importancia de activos procedentes de Francia y Holanda.
CHICHO IBÁÑEZ SERRADOR
10,5 millones. Gestionada por BBVA, la Sicav del director español de cine Narciso Ibáñez Serrador (Peñafiel de Inversiones) cuenta con un patrimonio de 10,5 millones y 106 accionistas. En el año 2007 (último ejercicio disponible), esta sociedad obtuvo unos rendimientos brutos de 358.000 euros, por los que sólo pagó 3.000 en concepto de impuestos. La rentabilidad de esta sociedad en lo que va de año es de sólo el 0,5% como consecuencia de su mayor expsoción a la renta fija (85%).
FERNANDO HIERRO
2,7 millones. El ex jugador del Real Madrid y director deportivo de la selección española, Fernando Hierro, tiene en su Sicav Ferrosor invertidos 2,75 millones de euros, en su mayoría en renta fija privada nacional. Esta sociedad cuenta con 103 accionistas y en 2007 obtuvo unos resultados de 188.000 euros. Hierro no es el único deportista con una sociedad de este tipo: Fernando Morientes o Iván de la Peña también gestionan su patrimonio a través de una Sicav.
Grazas a Iñaki polo envío

jueves, 1 de octubre de 2009

Quen é quen?...

A edición USA de Rolling Stone ven de colgar na súa web 40 retratos extraídos dos álbumes escolares de algunhas das estrelas más relevantes do rock mundial de todos os tempos. Escollo ao chou algunha das fotografías comezando pola raíña Madonna e seguindo por... por quen? Quen é quen? Quen foi quen? ...








Carcacía...

San Pedro de Carcacía, no concello de Padrón. http://www.carcacia.com/indexg.html