"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







miércoles, 17 de abril de 2019

La Unión Soviética y la Shoah.



O exterminio da poboación xudía realizado polos nazis durante a invasión da Unión Soviética, a pesar das súas dimensións (case a metade das vítimas do Holocausto), permaneceu longo tempo pouco estudado. Na orixe estaba a lóxica dificultade dos historiadores para acceder aos arquivos soviéticos e interpretar a documentación oficial. Esta obra pon de relevo os principais aspectos da Shoah nos territorios soviéticos ocupados polos nazis: a execución inmediata das «ordes» de identificación e eliminación sobre bases raciais; a natureza pública do xenocidio e a súa función exemplarizante; o éxito da propaganda antisemita unida á anticomunista; o papel do colaboracionismo da poboación local e a súa implicación nos masacres que tiveron lugar durante o conflito. 

Ver link do libro:
https://puv.uv.es/la-union-sovietica-y-la-shoah.html?fbclid=IwAR2MYD77YxWCuR9qIsGkiOmeyQY24I3n0uLGYmfsgLPoaODTmBwOR9kZWrs

martes, 9 de abril de 2019

"Estrella roja, estrella amarilla." De Miron Chernenko



Fragmento do libro "Estrela vermella, estrella amarela" [Красная звезда, желтая звезда] do historiador cinematográfico xudeu soviético Miron Chernenko (1931-2004). 

Lápida no cemiterio xudeu de Moscova de Miron Chernenko

CAMARADAS JUDÍOS CON LOS MISMOS DERECHOS (1919-1934)

El tema judío en cuanto nació la cinematografía soviética se presentó inmediatamente y con la nota patética y de producción más alta: de los cincuenta y siete cortometrajes estrenados en las pantallas (o no estrenados, puesto que aunque la absoluta mayoría de ellos no se han conservado hasta nuestros días para nuestra investigación esto casi no tiene ninguna importancia), en el primer año tras la nacionalización la problemática judía apareció en tres cintas de agitación, en las que se apuró la formulación de los tres modelos, las tres entonaciones los tres principales esquemas argumentales que se manejarían en la cinematografía de la nueva Rusia en la descripción, la imagen  y la conciencia del "problema judío" en la pantalla. Es natural empezar con la primera de ellas: una película franca y propagandística, dirigida al corazón del espectador más amplio y poco educado con un llamamiento abierto que se podría traducir al lenguaje contemporáneo como: "compatriotas, amad a vuestro prójimo judío, él también es una persona, y no permitáis que nadie os convenza de lo contrario". Esta película, como la mayor parte de las grabadas por aquel entonces,  tenia varios títulos, pero el principal de ellos resonaba con el máximo volumen agitativo: Lucha por el luminoso reinado de la III Internacional (guionista Z. Grinberg, director B. Svetlov, y entre los intérpretes que permanecerían en la historia del cine, el actor y director Aleksandr Razumny; títulos alternativos: Salvadores de la patria y Hacia el luminoso reinado de la Tercera Internacional). 

Por cuanto en su totalidad del largometraje que en aquella época eran a fin de cuentas de seis partes no se ha conservado ni un metro de cinta es difícil juzgar su contenido, tanto más cuanto la fuente de información, el catálogo de Gosfilmfond de la URSS, Películas de ficción soviéticas Tomo I, da exclusivamente una descripción ideológica de las películas, pero de lo que sucede en la pantalla, ni una palabra. Sin embargo y a partir de las notas se puede imaginar la intención de los autores, así como el entorno político en el que se grabó esta película y el objetivo que perseguía: "Los autores de la película intentardon dar una presentación de la esencia de la lucha de clases, de los intentos de la burguesía de azuzar a una nacionalidad con otra con el objetivo de la desunión de las fuerzas del proletariado". Y para que no hubiese ninguna duda de qué nacionalidad tenían los autores en mente, las notas informan de que el guión de la película fue escrito en relación con el anuncio de un concurso de guiones sobre el tema "La lucha contra la propaganda reaccionaria, el odio nacional y la explicación del sentido contrarevolucionario del antisemitismo".  Seria muy interesante encontrar en algún archivo los frutos de este concurso -y no deberían ser pocos si en un concurso paralelo se presentaron cerca de seiscientos textos-. Recuerdo también que precisamente en esos días la organización judía bolchevique encabezada por el Comisariado Central para Asuntos Nacionales Judíos, fundada ya en enero de 1918 y después la sección judía del Partido Comunista (en octubre de ese mismo año) proclamó el cierre de todas las sociedades judías, sinagogas, jederes (escuelas religiosas hebreas) y yeshivás (centros de estudios de la torá). Y en el escenario político se desarrolla una lucha administrativa abierta contra el sionismo. En relación a esto es bastante curioso el hecho de que el autor del guión del citado film, Z. Grinberg, ya en 1918 fue el autor del panfleto antisionista "Di tsionisti oyf der idisher gas" ("Sionistas en la calle judía"). De manera que se puede predecir sin especial exageración cual será exactamente el argumento en la base de la película sobre "el luminoso reinado de la III Internacional", en el que todos serán iguales y nadie será más igual que otro y, quizá incluso que todos conseguirán aquello exactamente que nadie conseguía antes. 

La confirmación no tuvo que esperar mucho tiempo: "La sociedad Iosif Ermolev, todavía no huida a Yalta y de allí a París, por orden del Comité Cinematográfico de Moscú graba la película "El camarada Abraham" (guión de F. Shipulinski, director Aleksandr Razumny), donde el papel del camarada Abraham lo interpreta uno de los más populares leones de salón de la cinematografía prerrevolucionaria rusa, en un futuro no lejano un conocido director de cine europeo y después hombre de negocios estadounidense, Dmitry Bukhovetski. A diferencia de muchos otros, El camarada Abraham se conserva y su argumento de dos partes se corresponde como ningún otro a las concepciones de los ideólogos de entonces del Narkomnats (recuerdo que estaba dirigido por el propio camarada Stalin) sobre cuál debe ser exactamente la explicación de la esencia de la amistad de los pueblos en la pantalla. Y aunque muchos razonamientos parecen hoy inverosímiles, no relacionados unos con otros y simplemente casuales, la trama de la película es extraordinariamente simple.

EL CAMARADA ABRAHAM 

Y todo esto con tan solo quinientos y pico metros de cinta, como si se hubiese conservado casualmente para que podamos ver cómo se representaba el modelo clásico de liberación nacional bajo la forma de liberación social. Pero en lugar del judío Abraham hubiera podido ser el representante de cualquier otro "natsmenshistvo" (en esa época se denominaban así: "natsmeni") y a su despertar en adelante se  le dedicarían unas decenas de películas, pero ningún lo otro hubiera podido interpretar de forma más clara y expresiva en la pantalla politica de los primeros años postrevolucionarios que un judío, porque lo judío en Rusia era al mismo tiempo una minoría nacional y social, desempeñando en el escenario ideológico del bolchevismo dos funciones, ya que permitía unir aquello que en otras circunstancias era difícil unir, o no se podía en absoluto. Y en este sentido era como un "supernatsmenshistvo". 

Y no es casual el porqué El camarada Abraham definió de forma tan simple y efectiva el argumento de elevación del espíritu internacionalista al menos durante las dos siguientes décadas: el despertar de clase de los judíos pobres y su participación entusiasta en la construcción inmediata de un futuro común brillante. Al mismo tiempo, la cultura, la vida cotidiana, la mentalidad, la misma civilización "shtetl" se consideraba exclusivamente un hecho de discriminación social, y la destrucción de los demarcaciones de las zonas de asentamiento judías se veían como un acto revolucionario de liberación de los judíos de las cadenas de explotación social y nacional, incluido y en no menor grado la destrucción del ghetto medieval guardián y custodio de los rasgos más reaccionarios de la existencia nacional, religiosa y económica. A este modelo se le podría llamar por comodidad activo, junto al cual en el "cine judío" de Rusia (soy consciente de la absoluta condicionalidad de este término y lo utilizo en el sentido más amplio, como cierta indicación que me permite trazar un círculo entorno a los problemas que me interesan) funcionaba y sigue funcionando en cierto sentido hasta hoy en día otro modelo, complementario del primero. En la cinematografía soviética de Rusia apareció prácticamente al mismo tiempo que el primero, o mejor dicho, tras una pausa no muy grande debida a la Revolución de Octubre y la Guerra Civil, volvió al legítimo lugar que ocupaba en las pantallas rusas a lo largo de las décadas prerrevolucionarias. El modelo, abierta y claramente sentimental-proteccionista, representaba a los judíos soviéticos como una comunidad humillada e intimidada, capaz solamente de un destino de sumisión al zarismo. Al parecer, el ejemplar típico de esta cinematografía prerrevolucionaria fue la película no conservada de Mikhail Narokov El cáliz de expiación, adaptación para las pantallas de la novela más desafortunada de Sholom-Aleikhem, La broma sangrienta. Escribo "al parecer" porque la película no llegó a las pantallas de los cines por falta de celuloide, quedando en la historia del cine patrio solo sobre el papel.

De ahora en adelante y hasta el final de los años 30 ambos modelos (el segundo podría definirlo como "pasivo") se intercambiarán con un orden asombroso, como en virtud de algún plan temático no formulado públicamente: hoy una película sobre la vida dolorosa durante el execrable régimen zarista; mañana, sobre la superación de las demarcaciones de asentamientos judíos y la vida felliz en una familia feliz en una nación soviética feliz; pasado mañana ambos modelos -para ahorrar tiempo, espacio y dinero- se presentan en el mismo argumento. Es necesario advertir que el tema judío en la pantalla soviética, por lo que se puede juzgar a partir de la cincuentena de películas de las que no ha quedado ni una huella que nos permitiese determinar su contenido, en la primera etapa se agotaba en eslóganes elementales que proclamaban un argumento: "ciudadanos judíos con los mismos derechos". A juzgar por las fuentes filmográficas que destacan el papel de una judía en la película En los días de lucha (1920, director Ivan Perestiani), que cuenta la luchas de los campesinos ucranianos contra los "polacos blancos", algo en el argumento seguramente nos podría interesar, lo mismo que en la película Panis [nobles polacos]-asaltantes (1920, guionista I. Zhilkin, director Iuri Zheliabuzhski), donde los personajes judíos son dos: un viejo zapatero y su hija Sara.

Añadiré al mismo tiempo, que mis investigaciones me sugieren la presencia de un elemento judío específico en otras películas soviéticas no conservadas de aquellos años, pero no tengo pruebas. Esto se aplica en particular a la película Dos mundos, el nombre de cuyos autores casi apunta directamente a que se trata aquí de la problemática judía (guionista Kopilevich, directores A. Arkatov y V. Chernobler, operador A. Grinberg, y entre los intérpretes D. Goldfaden, S. Tsenin, Ia. Morin). En resumen, viendo este proceso en su dinámica, se puede advertir que habiendo aparecido en la pantalla el tema judío con tanta rapidez y seguridad, de repente es como si congelase a pleno galope y por tres años enteros desaparece de la pantalla. Los motivos reales para esta pérdida inesperada de interés apenas existen, pero se puede suponer que se fundamentan en los cambios políticos e ideológicos en la vida social y estatal, que a primera vista no tenían relación con el cine, pero que se reflejaban en el espejo de la pantalla inmediatamente. Y en primer lugar en lo que cambió la concepción general del partido en la esfera de la política sobre las nacionalidades de la Unión Soviética. Recuerdo que precisamente en estos años, entre 1922 y 1925, se liquidan de hecho todas las sociedades no bolcheviques, las organizaciones educativas y culturales, se pone finalmente bajo control toda la vida religiosa incluída también la de los judíos. Sigue el programa previsto ya en 1919, interrumpido por la Guerra Civil y la guerra ruso-polaca, llamado de "productivización" de los judíos aldeanos, traduciéndose en la organización de koljoses y sovjoses judíos, y después en la creación de un estado judío en el Lejano Oriente, que se pudo realizar en esa época.