"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







domingo, 15 de noviembre de 2009

Igrexa Transversal dos Tremendistas do Sempiterno Día...


Con la religión hemos topado, Mohamed Jordi
Lo sucedido en Mollerussa retrata las contradicciones de las autoridades educativas
Por Quim Monzó La Vanguardia - 13/11/2009


Me encanta la noticia esa de que, en Mollerussa, viendo que hay chicas que van a clase con la cabeza cubierta con un velo, un grupo de alumnos decidió acudir a clase con las cabezas cubiertas con gorras, con pañuelos e incluso con cascos de motorista. Me encanta porque –aunque, como dicen el director y la directora de estudios del instituto de secundaria donde eso ocurrió, ha sido un hecho concreto y todo está ya solucionado– es un ejemplo perfecto de lo absurdo de una forma de actuar donde, una vez más, la religión (la musulmana en este caso) pasa por encima de la sensatez. Por eso lo sucedido en ese instituto es interesante: porque retrata las contradicciones, la memez y la falta de ideas claras con las que las autoridades educativas mangonean estos asuntos.
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Vamos a ver. Si, según explicaba ayer en este diario Esther Pintó, directora de estudios del instituto, "las normas, vigentes en todos los centros escolares de Catalunya, son muy claras: no se puede llevar ningún objeto en la cabeza", pues no se puede llevar ningún objeto en la cabeza y punto. En principio, a mí tanto me da que se pueda llevar o no, pero si se decide una cosa, se decide esa cosa y ya está. Y, por pura lógica, si los profesores llaman la atención a los chicos que van con gorra –porque al cubrirse la cabeza incumplen la norma–, por el mismo motivo deberían llamar la atención a las chicas que se la cubren con un velo. Nos hemos pasado siglos luchando contra la despótica injerencia de la religión cristiana en nuestras vidas en general y en los centros educativos en particular para que ahora, de golpe y porrazo, vuelva la religión (sea la que sea) a enseñorearse de las aulas, dispuesta a gozar de prebendas. Si los muchachos no pueden ir con gorras y cascos, pues las muchachas no pueden ir con velo.
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¿Desde cuándo en un país supuestamente laico las cosas se deciden en función de si molestan o no a una determinada sensibilidad religiosa? ¿Cómo van los estudiantes a tomarse en serio la educación si ya de entrada ven que las directrices educativas entran en contradicciones tan flagrantes? No puedes ir a clase con la cabeza cubierta pero, si es un velo islámico, entonces sí puedes ir con la cabeza cubierta. Menuda coherencia. La misma Esther Pintó lo explicaba: "En este caso (el del velo islámico) los centros no tenemos autoridad para prohibir su uso". Si telefoneo al Departament d'Educació y les explico que mi religión –la Iglesia Transversal de los Tremendistas del Sempiterno Día– me obliga a ir por el mundo con la cabeza cubierta siempre con un capirote de payaso, ¿me dejarán ir a clase con un capirote de payaso? ¿Con qué argumentos realmente sólidos me van a negar ese derecho si a las muchachas les permiten los velos?

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