"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







lunes, 13 de mayo de 2019

"Que el bien os acompañe". De Vasili Grossman



"Que el bien os acompañe". En verdade non se me ocorrería un título mellor para unha despedida, neste caso o testamento persoal do gran Vasili Grossman.
Escrito a finais de 1961, cando xa era coñecedor do maldito cancro que finalmente acabaría coa súa vida só tres anos despois, Grossman recibe o encargo de traducir unha novela do armenio ao ruso. Estará entón durante uns meses en Armenia onde confesa que se sente moi cómodo.
Nesa terra e entre as súas xentes Grossman respira o sufrimento armenio e sénteo irmán do sufrimento xudeu. Historias de dous pobos marcados polas persecucións planificadas, os xenocidios e as diásporas. Ese recoñecemento mutuo entre armenios e xudeus foi -en palabras de Grossman- a impresion mais fonda que tivo en Armenia.
Deixo de seguido un pequeno fragmento do libro recén publicado:
"Es curioso que toda esta amalgama de rostros claros y oscuros, de ojos azules y negros, sea particularmente visible en el campo armenio, en pueblos con un estilo de vida hermético y patriarcal. Allí, esta diversidad no se explica por acontecimientos recientes. El espejo que nos muestra la cara de la actual Armenia lo ha pulido la profundidad del tiempo. Lo mismo se puede decir no sólo de los armenios, sino también de los rusos y sobre todo de nosotros los judíos.
No hay uniformidad en los rostros rusos: los hay con ojos grises o azules, con narices respingonas y pelo muy rubio, con narices aguileñas; los llamados gitanos, con ojos oscuros propios del sur y de rizos negros como el betún; o bien caras con pómulos prominentes, ojos rasgados como los mongoles y narices chatas. ¿Y qué decir de los judíos? Los hay morenos, de nariz ganchuda o respingona, de tez oscura, de ojos azules y rubios: rostros asiáticos, africanos, españoles, alemanes, eslavos…
Cuanto más larga es la historia de un pueblo, cuantas más guerras, invasiones, vagabundeos y cautiverios ha conocido, mayor es la variedad de sus rostros. A lo largo de siglos y milenios los vencedores han hecho noche en las casas de los vencidos. Esta diversidad es el relato de los corazones enloquecidos de mujeres que murieron hace miles de años, de las pasiones de ardientes soldados embriagados por la victoria, de la ternura prodigiosa de algún Romeo forastero hacia alguna Julieta armenia…"

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