"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







viernes, 4 de diciembre de 2009

Variaciones sobre Imre Kertész...


Variaciones sobre Imre Kertész


Jaime Vándor*


1. La clave


Si lograse ser indiferente
los golpes me dolerían menos.
Si lograse ser irónico
podría elevarme por encima.
Si lograse elevarme por encima
hasta el Mal me parecería ridículo.
Vería el humor de cada herida,
el chiste del sufrir cotidiano.
En un mundo del que todo puede esperarse
la degradación es perfectamente natural.
¿La crueldad y su absurdo?
Nada puede sorprenderme.
Ver lo humano de lo inhumano
me curte contra el hedor del humo.
Si lograse ser indiferente
quizá podría sobrevivir.


* Sobrevivente da Shoáh nado en Viena e residente en Barcelona. Doutor en Filosofía e Letras pola Universitat de Barcelona. Ensaista e poeta.


2. Reality Show


–¿Quién dijo que después de Auschwitz...?
–¿...que escribir poesía era imposible?
¡Qué tontería! Lo que en todo caso
es imposible
es la metáfora.
Y no toda.
La del dolor. La del horror.
“–Qué me dice del infierno aquel?
–¿De qué infierno?
–Del infierno de los campos de concentración.
–No sé de qué me habla.
No me puedo imaginar el infierno.
No conozco el infierno.
Sólo conozco Auschwitz.”
¿Diferencia?
¿Que si la hay?
Pues claro que hay diferencia.
La metáfora se ha hecho insoportable
velo pintado, disfraz, mentira.
El infierno es una metáfora.
Auschwitz fue y es una realidad.
Para ti, Auschwitz es una imagen.
Para el Muchacho, sencillamente es.
Asimila, si puedes, ésa,
la diferencia,
la imposible adecuación
entre lo imaginado
y lo vivido.

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