En estos últimos meses me he retirado para leer y estudiar,
reflexionando sobre la naturaleza ideológica de los distintos regímenes
políticos, empezando desde nuestra democracia hasta las dictaduras más
totalitarias. A la vez, me he encontrado con posturas interesantes sobre
un régimen en particular, que me ha sorprendido ante la buena imagen
que presenta. Se trata, en efecto, del régimen ba’athista sírio.
Son dos ideas que me han dado sobre el régimen sírio. Primero, es un
régimen “sin dientes”, en comparación con el fanatismo ba’athista de
Saddam Hussein que, como todos sabemos, no sólo fue el causante de
brutales genocidios contra la población kurda a la vez que shi’í, sino
que también defendió políticas agresivas de expansión, intentando crear
un “lebensraun” iraquí. El segundo es que la dictadura del ba’ath sírio
no es “fascista”, sino que de hecho se ha sustentado de un apoyo popular
y de una serie de partidos legalizados que se unen al apoyo del régimen
(sin mucha otra opción).
No voy a deliberar mucho para dar argumentos muy detallados. Pero me
gustaría indictar algunas opciones: me parece de una miopía sorprendente
pensar que el régimen sirio “no tiene dientes” como el de Saddam
Hussein. Todo lo contrario: el nacionalismo árabe sírio mantiene una
ideología oficial de un “lebensraun” expansivo de la “gran Síria”, igual
que el régimen nacional-socialista alemán del que sacó su inspiración
fundamental. No se puede separar el ba’athismo árabe del
nacional-socialismo alemán. Son un claro caso de régimen fascista por
las siguientes razones:
- El nacionalismo árabe, a pesar de su naturaleza anti-imperialista, también ha nacido a partir de la importante influencia de obras provenientes de la Europa fascista, en particular Alemania, por lo que los ideólogos burgueses árabes desarrollaron esas ideologías nacionalistas. La visita del Haj Amin al-Huseyni, Gran Mufti de Jerusalén y líder del nacionalismo palestino entre los años 20 y 40, a Alemania en 1941 no es una mera coincidencia.
- El Ba’athismo tiene todos los aspectos del fascismo: culto a la
personalidad del líder, estatismo jerarquizado, jingoísmo expansionista,
ideología del “renacer nacional”, y sobre todo un apecto que define
claramente el fascismo: la evasión de la “lucha de clases” con “lucha
nacional”, en particular contra Israel. Esa “lucha nacional” es enseñada
no sólo de punto de vista estatista (lucha contra la “ente sionista”),
sino también con tintes raciales-étnicos, por los que enseñan las
conspiraciones judías de los “Protocolos de los sabios de Sión” en las
escuelas.
La “externalización” de la lucha de clases es obvia cuando se crea un “movimiento nacional” de varios partidos. El caso de Alemania Nazi ha sido excepcional entre los fascismos, al promover una política de Partido Único. Pero los casos de Italia, España, China nacionalista, Japón y Chile bajo Pinochet son casos evidentes de tal actuación de fascismos. - Un ejercicio de políticas imperialistas expansionistas, en particular el intento de invasión de Israel y Jordania en los 1970, y la cruel invasión y brutal ocupación del Líbano en 1976, ocupación que duró nada menos que 30 años seguidos, en todo el país. Esa ocupación incluyó masacres contra las minorías palestinas, pero eso es otra historia.
¿Por qué esa percepción de “fascismo benigno” entre distintas
personas que miran al régimen de Síria? Uno podría decir que es
resultado de una hipocrecía de distintos sectores “anti-imperialistas”,
pero yo creo que es otra razón. Existe primero un racismo anti-árabe, al
entender que los árabes son incapaces de las mismas maldades que
nosotros, los blancos europeos. Son incapaces de leer y absorver las
ideologías originarias en Europa occidental y central. Básicamente, esos
que niegan el fascismo sírio, como el origen fascista del nacionalismo
árabe, no quieren reconocer la capacidad de la burguesía árabe de leer
las obras “complejas” de Europa. Esa discriminación se esconde detrás de
un velo de lo políticamente correcto.
Segundo, la mayoría que defienden los regímenes fascistas árabes,
como Siria, Egipto y Libia, tienen un claro carácter cínico. Lo hacen
esencialmente porque odian a Israel, y poco más. No me imagino a alguien
que no sea miembro de un partido como la Falange Española, el BNP
británico, o los movimientos neo-nazis, defendiendo esos regímenes si no
fuera por su rechazo de las políticas del Estado de Israel.
Pero eso es el peor desprecio que una
persona puede hacer al mundo árabe. Esas personas hacen la vista gorda a
regímenes fascistas que oprimen a sus propios pueblos de forma brutal,
negando toda libertad de expresión y el desarrollo natural de la lucha
de clases, sólo para ver cómo joden a Israel un poco más. Para esas
personas, Israel es el fetiche freudiano de los pro-Assad de Europa y
América: es el objeto obsesivamente poseído que permite aceptar una
realidad traumática.
* Alks “Gemeh Djeseret” Per-aa (8 Agosto 2010)
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