Conta o xornalista Alberto Moyano no seu blog esta pequena/gran historia para min descoñecida ate agora:
“Con motivo del 70 aniversario este año
de la liberación de Auschwitz por las tropas soviéticas, aquí va una pequeña
historia poco conocida que aconteció en el campo de exterminio.
El 23 de octubre de 1943 llegó a
Auschwitz II-Birkenau el llamado ‘convoy paraguayo’ con 1.700 judíos polacos,
entre ellos, la bailarina Franceska Mann, que actuaba habitualmente en el club
nocturno de Varsovia Melody Palace. Los alemanes les ocultaron que se
encontraban en Silesia y en su lugar, les dijeron que estaban cerca de Dresde
para ser intercambiados en Suiza por prisioneros. Antes, debían ser
desinfectados, así que les llevaron a las falsas duchas que servían de antesala
a la cámara de gas. Allí, como hacían habitualmente, les ordenaron desvestirse.
Sin embargo, Franceska Mann lo hizo con parsimonia. De hecho, llevó a cabo un
striptease. Se contoneó, se cimbreó, despojándose poco a poco de la ropa, con
la mirada puesta en el guardia de la SS Josef Schillinger. Siguió bailando, al
ritmo de una música que sólo ella oía en su cabeza, acercándose al por entonces
ya embelesado y hasta obnubilado matarife. Y cuando Franceska lo tuvo pegado a
su cuerpo, entonces, súbitamente, echó mano a su propio pie, se quitó uno de
los zapatos y clavó el tacón de aguja en el ojo de Schillinger. Acto seguido,
le arrebató la pistola y le descerrajó dos tiros en el estómago que le
causaronla muerte. Un tercer disparo hirió al sargento de las SS Emmerich. De
inmediato, acudieron refuerzos de las SS que ametrallaron a cuantos deportados
se encontraban aún fuera de la cámara de gas, en la zona de vestuarios. No hubo
supervivientes.
* Este episodio lo relata el superviviente
del Sonderkommando Filip Müller en su libro de memorias, ‘Eyewitness Auschwitz
– Three Years in the Gas Chambers’, y la menciona Claude Lanzmann en ‘La tumba
del sublime nadador’ (Ed. Confluencias).”
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