"Ás catro da mañá, nunca se sabe se é demasiado tarde, ou demasiado cedo". Woody Allen







domingo, 30 de octubre de 2011

Bandrés...

Un magnífico artigo de Jon Juaristi publicado hoxe domingo día 30 de outubro de 2011 no xornal ABC

BANDRÉS

Juan María Bandrés no fue un político excepcional, pero su ejecutoria, honesta y valiente, fortaleció la democracia.

Jon Juaristi

Como habría escrito Borges, Juan María Bandrés ha cometido el solecismo de morirse en medio de la tangana mediática, que no social, producida por el anuncio del “cese definitivo” de los atentados de ETA.

Los españoles que votarán por vez primera el próximo día 20 ya no saben quién fue Juan María Bandrés. Cuando nacieron, éste acababa de retirarse de la política, tras la fusión de su partido, Euskadiko Ezkerra, con el Partido Socialista de Euskadi. Durante más de un cuarto de siglo, Bandrés había sido una figura relevante en el panorama vasco, primero como abogado defensor de miembros de ETA en los tiempos del franquismo, y después, en la Transición, como impulsor de una corriente de la izquierda abertzale que, dirigida por algunos de sus antiguos clientes, rompió abiertamente con la violencia y se integró en el sistema democrático. En 1981 participó en la refundación de Euskadiko Ezkerra, organización que, enfrentada a ETA, incorporó a los disidentes del Partido Comunista de Euskadi, los entonces llamados “renovadores”. Bandrés ostentó la presidencia del nuevo partido, cuyo primer secretario general fue el también fallecido Mario Onaindía. Durante sus diez años de existencia, Euskadiko Ezkerra, cortejada a la vez por el PNV y EA y por los socialistas vascos, siguió una trayectoria políticamente errática, pero firme en lo que respecta al rechazo del terrorismo y a la defensa de la democracia. Con una base electoral muy minoritaria, consiguió, no obstante, mantener una exigua representación en el Congreso (Bandrés fue diputado desde 1979 a 1989; antes, entre 1978 y 1980, había sido Consejero de Transportes en el Consejo Preautonómico Vasco que presidió el socialista Ramón Rubial).

Mezcla heterogénea, según palabras del propio Bandrés, de nacionalistas, federalistas, autonomistas, eurocomunistas, socialistas y socialdemócratas, Euskadiko Ezkerra renunció a clarificar su línea política y se abismó en posiciones testimoniales caracterizadas por un buenismo narcisista parecido al que años después exhibiría el PSOE de Rodríguez Zapatero, aunque menos nocivo y lacrimoso. Pese a sus desmesuradas pretensiones de convertirse en paradigma moral, o quizá a causa de las mismas, terminó disgregándose, y sus efectivos se repartieron entre el PNV, EA y el PSE (que reclamó la propiedad de las siglas de la extinta formación). Con todo, el balance general no fue negativo: Euskadiko Ezkerra reconcilió con la democracia a un buen número de antiguos activistas y simpatizantes de ETA y consiguió la reinserción de una fracción de ETA político-militar gracias a los acuerdos entre Bandrés y el último gobierno de Suárez.

Juan María Bandrés se mantuvo al margen de las maniobras terminales de Euskadiko Ezkerra. No se quedó con los nacionalistas ni con los socialistas. Un grave derrame cerebral, en 1997, lo apartó de toda actividad pública. Lo ví, por última vez, en la primera manifestación contra ETA convocada por la plataforma ¡Basta ya!, en enero de 2000. Bajo la lluvia torrencial y los insultos de los provocadores abertzales, postrado en una camilla, completó el recorrido de la marcha por las calles de San Sebastián. No fue un político brillante, pero sí honesto y valiente, y algún honor por ello se le debe.

viernes, 28 de octubre de 2011

Praga revisitada con Jorge Semprún...

Mario Benedetti e Israel...

¿De que está hecho Israel?

Por Mario Benedetti

(Los unos y los otros)

Todos los pueblos y las diferentes culturas tienen la suficiente capacidad para construir sus propias verdades a partir de su peculiar bagaje de valores, creencias y experiencias.

Israel fue construida desde los sueños pero también desde los avatares y realidades de un pueblo errante, perseguido y sin tierra, por eso resultó ser un sueño realizado pero de ninguna forma finalizado.

Israel no es un mito, es una realidad aun no acabada y quizás demasiado humana al no ser creada por ángeles e ídolos, ni por demonios y monstruos, simplemente fue construida en su tierra desde sus profundos cimientos, por seres tan frágiles e imperfectos como tu, como el o como yo.

Israel nació de sueños perfectos y bellos, surgió de desvelos, de angustias y también de esperanzas. No fue parido por alienaciones, odios y venganzas y por esto mismo se sigue construyendo vitalmente día a día y eternamente a través de otros sueños, de los mios, de los tuyos y de todos.

El pueblo de Israel sufrió a través de la historia grandes y dolorosos exilios, expulsiones, genocidios, persecuciones y discriminaciones, injustas acusaciones, conversiones forzadas y asimilaciones obligadas y nuestra gente resistió como pudo: luchando de frente, huyendo, escondiéndose, adaptándose, mimetizándose con el medio, nadando contra la corriente y a veces a favor de ella, el objetivo fue siempre sobrevivir, aferrándose a uno de nuestros mas sagrados principios: nuestro amor a la vida.

Esto trajo como consecuencia que hoy tengamos diferentes apariencias, con diversos idiomas, con distintos colores de piel, con costumbres multifacéticas, incluso con aspectos muy difícil de identificarnos como tales, por esto hoy somos multiétnicos y pluralistas pero compartiendo un origen y un gran destino en común.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.” “La vida es sueño”

Pedro Calderón de la Barca

Unos luchamos por construir una réplica fiel del Israel de las épocas del David y de su hijo Shlomo, tan poéticamente pintada por la Biblia.

Otros quisimos hacerlo a semejanza de las aldeas judías de Polonia, Besaravia y Rusia con paisajes extraídos de alguna novela de Isaac Bashevis Singer o de Sholem Aleijem.

Unos quedamos extrañando las antiguas y bellas juderías ibéricas de Córdoba, de Toledo y de Sevilla.

Otros intentamos crear una copia perfecta de Núremberg, de Hanóver y de Colonia, aquí en Oriente Medio.

Unos aspiramos hacer un país marxista y otros una social democracia escandinava, un populismo latino americano o un capitalismo acuñado en Walt Street .

Unos soñamos reconstruirlo en la memoria de las mil y una noche de los barrios judíos de Esmirna, de Salónica o de Fez .

Otros añoramos las virginales aldeas africanas en la Etiopía de la Reina Saba .

Unos anhelamos las empedradas y arrabaleras callejuelas de Buenos Aires o de Montevideo en este exótico Medio Oriente.

Logramos una sociedad donde se entre mezclan todas las lenguas como en Babel, con el hebreo, el árabe, el ruso, el ingles, el francés, el español y el amárico.

Tenemos una sociedad donde se vivencia una absoluta libertad y se convive como podemos entre todos, gentes honestas y estafadoras, ilustradas e ignorantes, virtuosas y pecadoras, ricos y pobres, negros y blancos, hombres y mujeres.

Estos sueños, los de unos y los de otros, uno y otro se han ido amalgamando, uniéndose, fundiéndose y creando una nueva sociedad, virtuosa y reprochable, religiosa y laica, progresista y conservadora, derechista e izquierdista, halcón y paloma, moderno y raigal, simplemente una sociedad humana.

De todo esto esta hecho Israel .

“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.”
.

Mario Benedetti


sábado, 22 de octubre de 2011

Jorge Semprún... Los niños judíos...



Jorge Semprún, "Los niños judios". Páxinas 168-172 do seu libro "El largo viaje"

“Debo hablar en nombre de lo que sucedió, no en mi nombre personal. La historia de los niños judíos en nombre de los niños judíos. La historia de su muerte, en la amplia avenida que conducía a la entrada del campo, bajo la mirada de piedra de las águilas nazis y entre las risas de los S.S., en nombre de esta misma muerte.

Los niños judíos no llegaron a media noche, como nosotros, llegaron bajo la luz gris de la tarde. Era el último invierno de aquella guerra, el invierno más frío de esta guerra cuya suerte se decidió en medio del frío y de la nieve. Los alemanes habían sido expulsados de sus posiciones por una gran ofensiva soviética que se desplegaba a través de Polonia, y evacuaban, cuando tenían tiempo, a los deportados que habían reunido en los campos de Polonia. Nosotros, cerca de Weimar, en el bosque de hayas por encima de Weimar, veíamos llegar, durante días y semanas, aquellos convoyes de evacuados. Los árboles estaban cubiertos de nieve, cubiertas de nieve las carreteras, y en el campo de cuarentena nos hundíamos en la nieve hasta la rodilla. Los judios de Polonia llegaban apiñados en vagones de mercancías, cerca de doscientos por vagón, y habían viajado durante días y días sin comer ni beber, en el frío de este invierno que fue el más frío de toda la guerra. En la estación del campo, cuando se abrían las puertas corredizas, nada se movía, la mayoría de los judíos habían muerto de pie, muertos de frío, muertos de hambre, y era preciso descargar los vagones como si hubiesen transportado leña, por ejemplo, y los cadáveres caían, rígidos, en el andén de la estación, donde los apilaban para llevarlos despúés, por camiones enteros, directamente al crematorio. Pese a todo, había supervivientes, había judíos vivos todavía, moribundos en medio de aquel amontonamiento de cadáveres helados en los vagones. Un día, en uno de aquellos vagones en que había supervivientes, al apartar el montón de cadáveres congelados, pegados a menudo unos a otros por sus ropas rígidas, se descubrió un grupo de niños judíos. De repente, en el andén de la estación, sobre la nieve y entre los árboles cubiertos de nieve, apareció un grupo de niños judíos, unos quince más o menos, mirando a su alrededor, con cara asombrada, mirando los cadáveres apilados como troncos de árboles ya podados y apilados al borde de las carreteras, esperando ser transportados a otro lugar, miranod los árboles y la nieve sobre los árboles, mirando como solo miran los niños. Y los S.S. al principio parecían molestos, como si no supieran qué hacer con aquellos niños de ocho a doce años, poco más o menos, aunque algunos, por su extrema delgadez y la expresión de sus rostros parecieran ancianos. Se hubiera dicho que, en primer lugar, lo S.S. no supieron qué hacer con estos niños y los reunieron en un rincón, tal vez para tener tiempo de pedir instrucciones, mientras escoltaban por la gran avenida las escasas decenas de adultos supervivientes de aquel convoy..

Y una parte de aquellos supervivientes tadavía tendrá tiempo para morir, antes de llegar a la puerta de entrada del campo, pues recuerdo que se veía a algunos de estos supervivientes derrumbarse en el camino, como si su vida latente en medio del amontonamiento de los cadáveres helados de los vagones se apagara de repente, algunos caían de repente, derechos, como árboles fulminados, de bruces sobre la nieve sucia y en ocasiones fangosa de la avenida, en medio de la nieve inmaculada sobre las altas hayas estremnecidas, otros cayendo de rodillas primero, haciendo esfuerzos para levantarse, para arrastrarse todavía unos metros más, quedando finalmente tendidos, con los brazos estirados hacia adelante, con las manos descarnadas arañando la nieve, se hubiera dicho como en una última tentativa de arrastrarse unos centímetros más hacia aquella puerta de allá abajo, como si aquella puerta estuviera al final de la nieve y del invierno y de la muerte.

Pero al final, sólo quedó en el andén de la estación esa quincena de niños judíos. Los S.S. Regresaron en tromba, entonces, como s hubieran tecibido instrucciones precisas, o tal vez les hubieran dado carta blanca, quizá ya les habían permitido improvisar la manera como iban a matar a aquellos niños. De todas formas volvieron en tromba, con perros, se reían estrepitosamente, se gritaban bromas que les hacían estallar en carcajadas. Se desplegaron en arc de círculo y empujaron ante ellos, por la gran avenida, a aquellos qince niños judíos. Lo recuerdo, los chavales miraban a su alrededor, miraban a los S.S., debían creer al principio que les escoltaban sencillamente hacia el campo, como habían visto hacer con los mayores unos momentos antes. Pero los S.S. soltaron a los perros y empezaron a golpear con las porras a los niños, para obligarles a correr, para hacer arrancar esa montería por la gran avenida, esta caza que habían inventado, o que les habían ordenado organizar, y los niños judíos, bajo los porrazos, maltratados por los perros que saltaban a su alrededor, mordiéndoles en las piernas, sin ladrar ni gruñir, pues eran perros amaestrados, los niños judíos echaron a correr por la gran avenida hacia la puerta del campo Quizás en aquel momento, no comprendieron todavía lo que les esperaba, quizá pensaron que se trataba solamente de una última vejación, antes de dejarles entrar en el campo. Y los niños corrían, con sus enormes gorras de larga visera hundidas hasta las orejas, y sus piernas se movían de manera de manera torpe, a la vez lenta y sincopada, como cuando en el cine se proyectan viejas películas mudas, o como en las pesadillas en las que se corre con todas las fuerzas sin llegar a avanzar un solo paso[, y lo que nos persigue está a punto de alcanzarnos, nos alcanza ya, y nos despertamos en medio de sudores fríos, y aquello, aquella jauría de perrros y de S.S. que corría detrás de los niños judíos bien pronto devoró a los más débiles de entre ellos, a los que solo tenían ocho años quizás, a los que pronto perdieron las fuerzas para moverse, y que eran derribados, pisoteados, apaleados por el suelo, y que quedaban tendidos a lo largo de la avenida, jalonando cn sus cuerpos flacos, dislocados, la progresión de aquella montería, de esta jauría que se arrojaba sobre ellos.

Pronto no quedaron más que dos, uno mayor y otro pequeño, que habían perdido sus gorras en la carrera desesperada, y cuyos ojos brillaban como reflejos de hielo en sus rostros grises, y el más pequeño comenzaba ya a perder terreno, los S.S aullaban detrás de ellos, y los perros también comenzaron a aullar, pues el olor a sangre los volvía locos, y entonces el mayor de los niños aminoró la marcha para coger de la mano al más pequeño, que ya iba tropezando, y recorrieron juntos unos cuantos metros más, la mano derecha del mayor apretando la mano izquierda el pequeño, rectos, hasta que los porrazos les derribaron juntos, con la cara sobre la tierra y las manos unidas ya para siempre. Los S.S. reunieron a los perros, que gruñían, y rehicieron el camino al revés, disparando a bocajarro una bala en la cabeza de cada uno de los niños, caídos en la gran avenida, bajo la mirada vacía de las águilas hitlerianas.”
Jorge Semprún "El largo viaje". pax 168-172

lunes, 17 de octubre de 2011

Intres sublimes...


Unha experiencia singular de humanidade... Un encontro misterioso, fóa de lugar, cara a cara e sen sentido. Un momento así, un intre sublime de solidariedade tivo lugar durante a batalla por Stalingrado, durante a II Guerra Mundial cando, na Noite Vella do 31 de decembro de 1942, actores e músicos soviéticos visitaron a cidade asediada para tentar entreter as tropas; o violinista Mikhail Goldstein foi ás trincheiras para interpretar un atípico concerto solista para os soldados: "As melodías de súpeto flotaban fóra a través dos altofalantes cara as trincheiras alemás e o tiroteo cesou. Nun medorento e misterioso silencio, a música fluíu de Goldstein mergullándose docemente. Cando Goldstein rematou de tocar, un espectacular silencio frío continuou sobre os enmudecidos soldados rusos. Desde outro altofalante, no territorio alemán, unha voz rompeu o feitizo. Nun ruso vacilante suplicou: "Toque un pouco máis de Bach por favor. Nós non dispararemos". Goldstein recolleu de novo o seu violín e comezou a tocar unha suite de Bach. Salvoj Zizek, Repetir a Lenin,

A anecdota fica tirada de William Craig, Inimigo ás portas.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Kibbutz...

Jaureguizar

L-V . 05/10/2011

O Levante está cheo de "microbios", protestaba a avoa de Amos Oz. A vella contraeu unha paranoia tan magna coa sucidade que obrigaba ao home a se erguer co sol para bateren as mantas. O Levante o que se refería a anciá non era o de Caja Mediterráneo, senón o israelí, ao que emigrara desde a Polonia post-Auschwitz. Oz contoume a teima.

O escritor convidárame a cear no Kibbutz Julda, no que el viviu trinta anos, ata que marchou pola asma dun fillo. Eu cheguei tardeiro, por mor dos longos interrogatorios xeneralizados no aeroporto de Ben Gurion.

Todos cearan, polo que Amos e mais eu estabamos sos no medio de ringleiras de mesas corridas, no que supuxo para min unha volta ao colexio das monxas, en Ribadeo. Oz é moi educado e logo de sentarmos, interesouse por “como marchaban as cousas” no meu país. Atoeime. Non sabía se empezar polas indemnizacións a financieiros, a crise, os pagos que denuncia Dorribo ou o morto nun lume.

“As cousas no meu país, consideradas en conxunto, van mal”, confesei. O escritor israelí retrucou que non podían ir peor ca marchaban para eles cando empezaron a construír Israel no epicentro da nada, nun deserto ermo espreitado por millóns de árabes arelando empuxalos ao mar de Haifa. “Mesmo cos microbios que soamente detectaba a miña avoa”, engadiu en broma. Daquela pensei en que sempre nos quedará Luar.

http://lv.galiciae.com/nova/119287.html

martes, 4 de octubre de 2011

American Colony en Jerusalem...










Un lugar imprescindíbel nunha visita a Jerusalem. O café do American Colony é un lugar de conto de fadas. O seu fermosísimo e relaxante patio coas moitas fontes á noitiña é unha auténtica gozada para os sentidos. Nos seus longos xa 120 anos de historia pasaron visitantes ilustres como Winston Churchill, Laurence de Arabia, John Gielgud, Leonard Cohen, Lauren Bacall, Peter O'Toole, Marc Chagall, Alec Guinness, Richard Widmark, Joan Baez, Leon Uris, Donald Pleasance, John Le Carré, Graham Greene... ou o meu benquerido amigo Ánxel, un vigués en Jerusalem con quen non pode faltar nunca unha cervexa Maccabi ben fría no American Colony www.americancolony.com

lunes, 3 de octubre de 2011

O novo "sistema-mundo"...


Por Ignacio Ramonet*

Cando se acaban de cumprir dez anos desde os atentados terroristas do 11 de setembro e tres anos desde a creba do banco Lehman Brothers, cales son as características do novo “sistema-mundo”? A norma actual son os sismos. Sismos climáticos, sismos financeiros e bolsistas, sismos enerxéticos e alimentarios, sismos comunicacionales e tecnolóxicos, sismos sociais, sismos xeopolíticos como os que causan as insurreccións da “Primavera árabe”...
Hai unha falta de visibilidade xeral. Acontecementos imprevistos irrompen con forza sen que ninguén, ou case ninguén, os vexa vir. Se gobernar é prever, vivimos unha evidente crise de gobernanza. Os dirixentes actuais non conseguen prever nada. A política revélase impotente. O Estado que protexía os cidadáns deixou de existir. Hai unha crise da democracia representativa: “Non nos representan”, din con razón os “indignados”. A xente constata a derruba da autoridade política e reclama que esta volva asumir o seu rol condutor da sociedade por ser a única que dispón da lexitimidade democrática. Insístese na necesidade de que o poder político lle poña couto ao poder económico e financeiro. Outra constatación: unha carencia de liderado político a escala internacional. Os líderes actuais non están á altura dos desafíos.
Os países ricos (América do Norte, Europa e Xapón) padecen o maior terremoto económico-financeiro desde a crise de 1929. Por primeira vez, a Unión Europea ve ameazada a súa cohesión e a súa existencia. E o risco dunha gran recesión económica debilita o liderado internacional de Norteamérica, ameazado ademais polo xurdimento de novos polos de poderío (China, a India, Brasil) a escala internacional.
Nun discurso recente, o Presidente de Estados Unidos anunciou que daba por terminadas “as guerras do 11 de setembro”, ou sexa as de Iraq, de Afganistán e contra o “terrorismo internacional” que marcaron militarmente esta década. Barack Obama lembrou que “cinco millóns de americanos vestiron o uniforme no curso dos últimos dez anos”. A pesar do cal non resulta evidente que Washington saia vencedor deses conflitos. As “guerras do 11 de setembro” custáronlle ao orzamento estadounidense entre 1 billón (un millón de millóns) e 2,5 billóns de dólares. Carga financeira astronómica que tivo repercusións no endebedamento de Estados Unidos e, en consecuencia, na degradación da súa situación económica.
Esas guerras resultaron pírricas. En certa medida, finalmente, Al Qaeda comportouse con Washington de igual xeito Reagan o fixo con respecto a Moscova cando, nos anos 1980, lle impuxo á URSS unha extenuante carreira armamentística que acabou esgotando ao imperio soviético e provocando a súa implosión. O “desclasamento estratéxico” de Estados Unidos empezou.
Na diplomacia internacional, a década confirmou a urxencia de novos actores e de novos polos de poder sobre todo en Asia e en América Latina. O mundo “desoccidentalízase” e é cada vez máis multipolar. Destaca o rol de China que aparece, en principio, como a gran potencia en construción do século XXI. Aínda que a estabilidade do Imperio do Medio non está garantida pois coexisten no seu seo o capitalismo máis salvaxe e o comunismo máis autoritario. A tensión entre esas dúas forzas causará, tarde ou cedo, unha fractura. Pero, polo momento, mentres declina o poderío de Estados Unidos, o ascenso de China confírmase. Xa é a segunda potencia economica do mundo (por diante de Xapón e Alemaña). Ademais, pola parte importante da débeda estadouninese que posúe, Pequín ten nas súas mans o destino do dólar...
O grupo de Estados xigantes reunidos no BRICS (Brasil, Rusia, a India, China e Sudáfrica) xa non obedece automaticamente as consignas das grandes potencias tradicionais occidentais (Estados Unidos, Reino Unido, Francia) aínda que estas se sigan autodesignando como “comunidade internacional”. Os BRICS demostrárono recentemente nas crises de Libia e de Siria opóndose ás decisións das potencias da OTAN e no seo da ONU.
Dicimos que hai crise cando, en calquera sector, algún mecanismo deixa de súpeto de funcionar, empeza a ceder e acaba por romper. Esa ruptura impide que o conxunto da maquinaria siga funcionando. É o que está ocorrendo na economía desde que estalou a crise das sub-primes en 2007.
As repercusións sociais do cataclismo económico son dunha brutalidade inédita: 23 millóns de parados na Unión Europea e máis de 80 millóns de pobres... Os mozos aparecen como as vítimas principais. Por iso, desde Madrid a Tel Aviv, pasando por Santiago de Chile, Atenas e Londres, unha onda de indignación levanta á mocidade do mundo.
Pero as clases medias tamén están asustadas porque o modelo neoliberal de crecemento as abandonas á beira do camiño. En Israel, unha parte delas uniuse aos mozos para rexeitar o ultraliberalismo do Goberno conservador de Benjamin Netanyahu.
O poder financeiro (os “mercados”) impúxose ao poder político, e iso desconcerta os cidadáns. A democracia non funciona. Ninguén entende a inercia dos gobernos fronte á crise económica. A xente esixe que a política asuma a súa función e interveña para endereitar os agravios. Non resulta doado; a velocidade da economía é hoxe a do lóstrego, mentres que a velocidade da política é a do caracol. Resulta cada vez máis dificil conciliar tempo económico e tempo político. E tamén crises globais e gobernos nacionais.
Os mercados financeiros sobrerreaccionan ante calquera información, mentres que os organismos financeiros globais (FMI, OMC, Banco Mundial, etc.) son incapaces de determinar o que vai ocorrer. Todo isto provoca, nos cidadáns, frustración e angustia. A crise global produce perdedores e gañadores. Os gañadores atópanse, esencialmente, en Asia e nos países emerxentes, que non teñen unha visión tan pesimista da situación como a dos europeos. Tamén hai moitos gañadores no interior mesmo dos países occidentais cuxas sociedades están fracturadas polas desigualdades entre ricos cada vez máis ricos e pobres cada vez máis pobres.
En realidade, non estamos soportando unha crise, senón un feixe de crises, unha suma de crises mesturadas tan intimamente unas con outras que non conseguimos distinguir entre causas e efectos. Porque os efectos dunhas son as causas doutras, e así até formar un verdadeiro sistema. Ou sexa, enfrontámonos a unha crise sistémica do mundo occidental que afecta á tecnoloxía, a economía, o comercio, a política, a democracia, a guerra, a xeopolítica, o clima, o medio ambiente, a cultura, os valores, a familia, a educación, a mocidade, etc.
Vivimos un tempo de “rupturas estratéxicas” cun significado que non comprendemos. Hoxe, Internet é o vector da maioría dos cambios. Case todas as crises recentes teñen algunha relación coas novas tecnoloxías da comunicación e da información. Os mercados financeiros, por exemplo, non serían tan poderosos se as ordes de compra e venda non circulasen á velocidade da luz polas autoestradas da comunicación que Internet puxo á súa disposición. Máis que unha tecnoloxía, Internet é pois un actor das crises. Abonda con lembrar o rol de WikiLeaks, Facebook, Twitter nas recentes revolucións democráticas no mundo árabe.
Desde o punto de vista antropolóxico, estas crises estanse traducindo por un aumento do medo e do resentimento. A xente vive en estado de ansiedade e de incerteza. Volven os grandes pánicos ante ameazas indeterminadas como poden ser a perda do emprego, os choques tecnolóxicos, as biotecnoloxías, as catástrofes naturais, a inseguridade xeneralizada... Todo iso constitúe un desafio para as democracias. Porque ese terror transfórmase ás veces en odio e en repudio. En varios países europeos, ese odio diríxese hoxe contra o estranxeiro, o inmigrante, o diferente. Está subindo o rexeitamento cara a todos os “outros” (musulmáns, xitanos, subsaharianos, “sen papeis”, etc.) e medran os partidos xenófobos.
Outra grave preocupación planetaria: a crise climática. A conciencia do perigo que representa o quecemento xeral estendeuse. Os problemas ligados ao medio ambiente estanse volvendo altamente estratéxicos. O próximo Cumio mundial do clima, que terá lugar en Rio de Janeiro en 2012, constatará que o número de grandes catástrofes naturais aumentou así como o seu carácter espectacular. O recente accidente nuclear de Fukushima amedoñou o mundo. Varios gobernos xa deron marcha atrás en materia de enerxía nuclear e apostan agora -nun contexto marcado pola fin próxima do petróleo- polas enerxías renovábeis.
O curso da globalización parece como suspendido. Fálase cada vez máis de desglobalización, de decrecemento... O péndulo fora demasiado lonxe na dirección neoliberal e agora podería ir na dirección contraria. Xa non é tabú falar de proteccionismo para limitar os excesos do libre comercio, e pór fin ás deslocalizacións e á desindustrialización dos Estados desenvolvidos. Chegou a hora de reinventar a política e de reencantar o mundo.
*Artigo publicado en Le Monde Diplomatique’, número de outubro de 2011

sábado, 1 de octubre de 2011

Tmol-Shilshom en Jerusalem...

































A cafetaría de Jerusalem "Tmol-Shilshom" é máis que un simple lugar para tomar ou comer algo. Tamén é un punto de encontro literario-culinario. Situado nun edificio de 130 anos de antigüidade no barrio de Nahalat Shiva da capital israelí, o café leva o seu nome a partir dunha novela de S.E. Agnon (traducido libremente como "Que tempos aqueles").
O xornalista e escritor David Ehrlich abriu "Tmol-Shilshom" en 1994, nun espazo anteriormente utilizado como unha casa particular. O creativo menú de pasta e receitas de peixes está dividido en seccións: como "introdución", "argumento", e "conclusión".
David Grossaman é un dos clientes habituais do Tmol-Shilshom. Durante o outono, realízase xeralmente seminarios de escritura creativa en inglés.
O seu dono conta que unha considerábel cantidade de romances comezaron alí; a súa páxina Web mesmo ten unha sección mostrando parellas que se coñeceron e namoraron no "Tmol-Shilshom"...
http://www.tmol-shilshom.co.il/